Un mar de melocotoneros cubierto con mallas

El melocotón es uno de los pilares básicos de la economía del Bajo Aragón turolense y Alcañiz da fe de ello. Pero este año –como en otras ocasiones con anterioridad– esa riqueza que dan sus fincas de melocotoneros se ha ido al traste por una violenta tormenta de pedrisco que descargó sobre la zona el 30 de agosto y que azotó a su principal área de producción de esta especie frutal, los campos de los barrios alcañizanos de Valmuel y Puigmoreno. Es una de las áreas destacadas de producción de la Denominación de Origen «Melocotón de Calanda».

Los agricultores han reclamado a la Administración autonómica medidas urgentes para capear las tremendas pérdidas que les dejó la pedregada, pero también piden ayuda para soluciones de protección a futuro.

La fórmula la acaba de presentar, a forma de propuesta, el alcalde de Alcañiz, Juan Carlos Gracia: cubrir con mallas protectoras las cerca de 500 hectáreas de melocotoneros de su zona. Una suerte de techumbre traslúcida y transpirable que, eso sí, en caso de tormentas para el pedrisco antes de impactar contra los árboles y sus frutos.

El proyecto sería costoso. Se ha calculado en unos 4 millones de euros. Gracia dice que los agricultores están dispuestos a poner de su parte, a cubrir entre el 35 y el 40% de la inversión total en cada una de sus parcelas. El resto, para que el proyecto sea viable, lo solicitan como ayuda a la Administración. Más en concreto, al amparo del dinero público que anualmente se distribuye a través del Fondo de Inversiones de Teruel (Fite), un paquete de ayudas que nutren el Gobierno central y el autonómico.

El plan de mallado de las fincas de melocotoneros de Alcañiz, de llevarse a cabo, supondría cubrir una superficie equivalente a 700 campos de fútbol como el Santiago Bernabeu. En total, casi cinco millones de metros cuadrados.