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Confirman la condena a un directivo por acosar sexualmente a dos empleadas

El condenado pidió a una de ellas que le hiciera «una chupadita» ya que no iba a irse a buscar «una puta en una rotonda»

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El Tribunal Supremo ha confirmado una sentencia de la Audiencia de Alicante por la que el directivo de una empresa fue condenado a pagar sendas multas por acosar sexualmente a dos trabajadoras en sus oficinas de Madrid y Torrevieja.

Según se recoge en un auto fechado el pasado 28 de mayo y al que ha tenido acceso Efe, «la humillación sufrida por las víctimas tenía causa en el comportamiento reiterado de solicitudes sexuales que el acusado llevó a cabo».

«Existió una asimetría en la relación entre acusado y víctimas que se traducía en una indudable superioridad de aquél, de la que hizo abuso a los fines de favorecer la formulación de sus solicitudes sexuales», detalla la resolución.

Esas solicitudes «se verificaron en los centros de trabajo y durante el ejercicio de su actividad laboral, con lo que su posición de jefe era más evidente», añade.

La sección primera de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo considera que no se ha producido en este caso vulneración alguna del derecho a la presunción de inocencia, ni infracción de ley, ni quebrantamiento de forma, por lo que no admite a trámite el recurso de casación interpuesto por el acusado.

La sección séptima de la Audiencia Provincial de Alicante, con sede en Elche, le absolvió en octubre pasado de los delitos de agresión sexual y abusos sexuales de los que estaba acusado, pero le condenó a pagar 4,500 euros como autor de dos delitos de acoso sexual y le impuso una orden de alejamiento respecto a las perjudicadas de dos años.

Según se declaró probado, el procesado pidió a una de las trabajadoras que le hiciese «una chupadita» en la oficina que la empresa tenía en la calle San Bernardo de Madrid, e hizo lo propio con otra empleada en la oficina de Torrevieja, a la que dijo que necesitaba «desahogarse» y no iba a «buscar una puta en una rotonda».

Para la sala, «esas solicitudes sexuales sobre las víctimas generaron una situación de humillación dado el contenido explícito y directo de las mismas», que tuvieron que marcharse finalmente de la empresa y llevó incluso a una de ellas a necesitar tratamiento psicológico.

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