Imagen de una carga policial en la zona el pasado febrero. :: la voz
CÁDIZ

Constantes batallas campales «en la peor noche en muchos años» obligan a cerrar La Punta

Tres agentes acorralados por 150 jóvenes fueron rescatados mientras todos los policías de servicio en la ciudad eran reclamados como refuerzos

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La primera madrugada festiva de las vacaciones navideñas acabó con gravísimos incidentes en la capital gaditana, hasta el punto de convertirse en «la peor noche en muchos años» según varios portavoces policiales.

La Nochebuena tomó un cariz tan violento en la zona de bares y discotecas de La Punta de San Felipe que el inspector jefe del Cuerpo Nacional de Policía y el oficial de guardia de la Policía Local ordenaron el cierre de todos los locales de la conflictiva zona con antelación respecto al horario anunciado, por considerar que era imposible garantizar la seguridad en la zona.

El motivo de la drástica decisión estuvo en la cantidad y gravedad de las peleas que, de forma simultánea, se sucedieron, especialmente, a partir de las siete de la mañana.

Los partes policiales remitidos por diversas administraciones públicas hablan de una situación incontrolable, en la que las reyertas, con decenas de implicados, se producían en varios lugares a la vez. Los atestados aseguran que algunos policías, tanto de la Unidad de Prevención y Reacción (conocidos como antidisturbios) como de la Policía Local, llegaron a ser atacados, agredidos y acorralados, hasta el punto de que los mandos policiales solicitaron que acudieran a la zona, como refuerzos, «todos los agentes que estuvieran de servicio en la ciudad, tanto del Cuerpo Nacional de Policía como del municipal». En el momento de mayor dificultad, llegaron a ser unos 50 los funcionarios de distintos cuerpos concentrados en la zona.

La más grave entre muchas

Aunque el resumen oficial habla de decenas de peleas con cientos de participantes, que resulta imposible detallar, el episodio más grave se saldó con tres personas detenidas y dos heridas.

Fue el balance del enfrentamiento protagonizado por un grupo de jóvenes que acorraló y arrojó botellas y otros objetos a tres miembros de la Policía Local que intentaban detener al responsable de una agresión previa, también a otros agentes, que trataban de disolver la enésima pelea a las puertas de una discoteca.

La mayor de las trifulcas se produjo poco después de las siete de la mañana ante las salas situadas en la curva del Paseo Pascual Pery. En ella participaron hasta 150 jóvenes. Con una larga y compleja intervención, los antidisturbios consiguieron disolverla. Minutos después, fue necesaria mayor contundencia para controlar otra reyerta masiva, con parecidos números, en el mismo lugar.

Cuando ya parecía también apaciguada, uno de los jóvenes que participó «lanzó una botella» contra un agente de la Policía Local. El autor del hecho emprendió la huida a la carrera, pero fue alcanzado por otros agentes, que procedieron a su detención. A partir de ahí, «una batalla campal generalizada», según agentes participantes. Como ya había sucedido toda la noche pero con una virulencia espantosa.

Otro joven y su novia «se lanzaron» sobre los policías para impedir la detención del que tiró la botella. Varios jóvenes más se sumaron a la refriega «con lanzamiento de cristales y objetos, intentando emplear la fuerza contra los agentes» municipales. Hasta tres llegaron a ser acorralados. La participación de otros funcionarios evitó que fueran linchados y facilitó la realización de tres detenciones por un delito de atentado. Los arrestados y denunciados son D.I.N, J.G.S. y M.P.A.G, todos vecinos de Cádiz de entre 22 y 24 años de edad.

Varios policías que se vieron obligados a participar en la refriega aseguran que intimidaba «la enajenación de los participantes en los disturbios. Estaban fuera de sí». Los agentes afirman que el nivel de consumo de alcohol y drogas era tan algo que «parecían zombies». De hecho uno de los tres detenidos dejó fuera de servicio un coche-patrulla que le transportaba pese a estar esposado. Lo rompió a cabezazos. El número de incidentes violentos era tan numeroso a esa hora, de «tal magnitud», que los responsables policiales decretaron el cierre de los locales de la zona a toda velocidad y casi una hora antes de lo previsto. Como medida intimidatoria, se clausuró al tráfico rodado todo el recinto, mientras se procedía a la identificación de centenares de personas. La información municipal asegura que durante la noche pasaron por La Punta de San Felipe unas 5.000 personas, la mitad dentro de los locales y los restantes en el recinto conocido como botellódromo.

Con la nariz colgando

La segunda pelea más reseñable, por la gravedad de las heridas de un afectado, tuvo lugar a las tres de la madrugada. La Policía observó que varios jóvenes portaban en volandas a un herido, con enormes cortes en la cara y con gran parte del apéndice nasal a punto de desprenderse del rostro. Tras ofrecerle la asistencia sanitaria, los funcionarios supieron que un acompañante le había clavado un vaso roto en la cara. Se procedió a la búsqueda, localización y detención del autor de la agresión, en la zona superior del Paseo. Fue reconocido por varios testigos. El acusado, por un supuesto delito de lesiones, es A. R. L. L, de 19 años de edad y natural de San Fernando. El lesionado fue identificado como J. M. P. S, también vecino de La Isla.

Fue «necesario montar un cordón de protección policial en torno al detenido al cual intentaban linchar los amigos de la víctima». Los facultativos sanitarios manifestaron que presentaba heridas de gravedad por la profundidad de las incisiones, con riesgo de pérdida del tabique nasal.

Herida por un petardo

El tercer suceso, por gravedad, entre el centenar largo de incidentes registrados en la zona, tuvo lugar a las 5.40 horas. Los servicios de emergencias sanitarias tuvieron que atender a una joven herida por un petardo.

La víctima ha declarado que «mientras bailaba» sintió una fuerte explosión, que resultó ser un petardo de grandes dimensiones que alguien arrojó, desde la grada, a los que estaban en la pista.

La detonación se produjo junto a la pierna derecha de la joven, que presentaba herida abierta y sangrante, además de quemaduras severas entre el tobillo y la rodilla.

La violencia del estallido destrozó la pernera del pantalón que vestía. Fue trasladada en un vehículo policial y, posteriormente, en ambulancia a un centro sanitario.