«Ya no tengo ningún ingreso, y pateo las calles para nada»

a caída de la construcción se llevó por delante el empleo de este parado de 27 años, que vive en un piso de alquiler con unos amigos, y ahora lo paga «gracias a mi padre y a los colegas». Tiene algo de dinero ahorrado, pero ve cómo se va acabando «porque no cobro la prestación y no tengo ningún ingreso». Eso le ha obligado a «no gastar en nada, casi a no salir de casa». La situación es aún peor si se tiene en cuenta que «cuando mi jefe me despidió me debía dos meses que no me pagó». Es un profesional versátil, también trabajó -entre otros- descargando camiones en el Teatro Villamarta, y estos días «me pateo las calles buscando un empleo, de la construcción si puede ser, y si no de lo que sea». Pero no hay suerte -«ni chapuzas pequeñas salen ahora»- y empieza a pensar que «tendré que volver a casa de mis padres y perder la independencia que logré». «No sé cómo hemos llegado a esto».