La unificación monetaria podría significar un apartheid económico en Cuba

El proyecto prevé la eliminación paulatina de la llamada libreta de abastecimiento de productos básicos y de primera necesidad que durante seis décadas se comercializó a precios subvencionados

Los cubanos hacen cola para comprar comida en Cuba AFP

Jorge E. Rodríguez

La unificación monetaria, que el régimen en la isla anunció desde el año 2003, podría entrar en vigor en meses venideros, un hecho que representaría la agudización de un apartheid económico en detrimento de los sectores vulnerables de la sociedad civil.

El llamado «reordenamiento monetario para el sistema empresarial» prevé el aumento del salario escala mínimo para el sector estatal, pero eliminará todos los tipos de subsidios y, por ende, la eliminación paulatina de la llamada libreta de abastecimiento de productos básicos y de primera necesidad que durante seis décadas se comercializó a precios subvencionados.

Este «timonazo» en el ordenamiento económico llega en el peor escenario que atraviesa la isla, como consecuencia de una grave crisis económica y financiera que se traduce actualmente en el desabastecimiento y escasez de alimentos , artículos de primera necesidad y medicamentos de primera línea, agudizado tras la expansión del Covid-19 en el país. Según las declaraciones recientes del presidente Miguel Díaz-Canel «cuando nuestros mercados tengan otra situación y avancen un grupo de relaciones económicas y financieras en el país, tendremos que ir evolucionando para ir suprimiendo la libreta [de abastecimiento]».

Sin embargo, sectores como los jubilados y las personas acogidas a sistemas de asistencia social «principales afectados ante la eliminación de la libreta de abastecimiento» han perdido confianza en las promesas de un régimen que ha recurrido históricamente al secretismo.

Una desconfianza que se incrementó luego de que el régimen decidiera la apertura de una red de tiendas «surtidas de todo tipo de alimentos y mercancías» para comprar exclusivamente en dólares estadounidenses, a la cual no pueden acceder los cubanos que no disponen de divisas extranjeras. Es decir, los cubanos que no reciben remesas de familias radicadas fuera de la isla.

El descontento entre la población crece sustancialmente y cada día aumentan los rumores de un estallido social en la isla, a pesar de que Díaz-Canel reiteró que irán preparando a los ciudadanos «para que comprenda este complejo proceso, para que no haya falsas expectativas, para que de verdad se sepa qué es lo que facilita y qué es lo que no el reordenamiento monetario y cambiario. Pero la única certeza que tienen los cubanos dentro de la isla es, que tener dólares o euros marcará los niveles de pobreza.

La eliminación de la libreta de abastecimiento ensanchará aún más las brechas sociales en un país que prácticamente no produce ni garantiza los productos básicos y alimentos, mientras que el régimen continúa justificando el déficit por el recrudecimiento del embargo económico de los Estados Unidos.

Millones de cubanos serán los afectados toda vez que sea eliminada la libreta de abastecimiento, teniendo en cuenta que la economía cubana depende mayormente de las importaciones y la urgencia de la inversión extranjera. Las propias afirmaciones del mandatario cubano no son del todo precisas al respecto cuando anunció que, «la adecuada estructura de costos y precios facilita significativamente la evaluación de los proyectos de inversión extranjera directa y crea las condiciones para establecer comparaciones en base a parámetros internacionales».

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