Turbulencias en el Gobierno británico

La ministra de Cooperación Internacional, Priti Patel, se encuentra en la cuerda floja tras revelarse que mantuvo varias reuniones no autorizadas durante sus vacaciones en Israel

La ministra de Cooperación Internacional, Priti Patel EFE

IVÁN ALONSO

Nueva crisis en el Gobierno británico. En las próximas horas se podría producir la segunda dimisión en el Gabinete de Theresa May y esta vez no es por el escándalo sexual como en el caso de Michael Fallon. La ministra de Cooperación Internacional, Priti Patel, se encuentra en la cuerda floja tras revelarse que mantuvo varias reuniones no autorizadas durante sus vacaciones en Israel.

Patel, a la que todos los medios británicos dan ya casi fuera del Gobierno por este hecho , habría mantenido una docena de encuentros el pasado mes de agosto con importantes empresarios y miembros del Gobierno israelí durante su estancia en este país. Entre ellos uno con el propio primer ministro Benjamin Netanyahu . En ninguna de ellas estuvieron presentes funcionarios del Gobierno británico.

Ella ya había pedido disculpas por algunas de estas reuniones efectuadas sin consentimiento del Gobierno, pero en las últimas horas se han revelado otras que la ponen en una situación difícil. Su salida del Ejecutivo parece inminente después de que la propia May la obligase a regresar a Londres mientras Patel realizaba un viaje oficial por Uganda.

Se ha conocido que tras su regreso de Israel, la ministra pidió a Exteriores apoyar las operaciones humanitarias del Ejército israelí en la zona ocupada de los Altos del Golán, lo que según la BBC, fue rechazado por «inapropiado».

Boris Johnson se ve obligado a disculparse

El otro gran fuego que tenía la primera ministra ya ha sido, en parte apagado. Y es que Boris Johnson sigue pisando charcos. En su estilo, el ministro de exteriores británico, se ha visto obligado a disculparse y a tener que matizar unas declaraciones sobre una británica, Nazanin Zaghari-Ratcliffe, que se encuentra en la cárcel en Irán desde el año pasado acusada de, presuntamente, conspirar para derrocar al gobierno en Teherán y condenada a 5 años de prisión por este motivo .

Sobre ella aseguró, durante un comité en el Parlamento, que enseñaba periodismo lo que podría costarle una pena aún mayor en el país asiático. Cosa que se apresuraron a negar tanto sus familiares como el medio de comunicación donde trabaja esta cooperante, Thomson Reuters Foundation.

Varios diputados británicos pidieron, entonces, una retractación de Johnson en este sentido. Lo que ha llevado al jefe de la diplomacia británica a tener que dar la cara y admitir que «podría haber sido más claro» porque eso no era lo que quería decir. Además, señalaba lo «arrepentido» que estaba si sus comentarios fueron malinterpretados.

Para zanjar cuanto antes la polémica el verso más libre del Gobierno de May telefoneó el martes a su homólogo iraní, Mohamad Javad para hablar sobre este asunto y confirmarle su postura en contra y disconformidad ante la persecución que desde Teherán se ejerce contra aquellos que enseñan a periodistas.

Johnson tiene previsto desplazarse en los próximos días hasta Irán donde intentará verse con la cooperante detenida.

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