Los socialistas alemanes presentan una lista no paritaria de ministros

Scholz ha preferido incumplir su promesa electoral y recurrir a personas de confianza

Scholz en la sede del SPD AFP

Rosalía Sánchez

Los Verdes alemanes dieron ayer vía libre al pacto de gobierno que convertirá al socialdemócrata Olaf Scholz en el próximo canciller con el 86% de los votos de sus más de 100.000 militantes, por debajo del 92,2% con el que fue aprobado el fin de semana por el Partido Liberal (FDP) y del 98,8% del congreso socialdemócrata. Antes de la investidura, Scholz ha incumplido ya dos promesas electorales: hizo campaña electoral contra la vacuna obligatoria y ha propuesto legislarla antes de finales de febrero; y no ha nombrado un gobierno paritario. Ha preferido no correr riesgos con las siete carteras socialdemócratas con personas de su confianza y que han demostrado su valía anteriormente en altos cargos. Con una excepción. Scholz sucumbió a la aclamación popular en las redes sociales y ha designado como ministro de Sanidad a Karl Lauterbach, sin experiencia de gobierno pero muy seguido desde que comenzó la pandemia como portavoz en asuntos sanitarios. «Muchos ciudadanos saben que puede hacerlo», justificó Scholz su decisión, a pesar de que en los últimos meses ha adoptado posiciones bastante radicales y que no juega en equipo en el seno del SPD.

Scholz pone a su mano derecha, Wolfgang Schmidt, en el Ministerio de Cancillería y le encarga la misión de apaciguar los conflictos que sin duda van a surgir con los liberales y con los Bundesländer. Schmidt ha estado ya jugando un papel clave en la preparación de las Conferencias de Presidentes con Merkel en los últimos meses y conoce el percal. La única sorpresa del gabinete es la presidenta regional del SPD de Hesse, Nancy Faeser, ministra de Interior. Se encargará de la que Scholz ha descrito como «la especial preocupación para mí de combatir la mayor amenaza que plantea actualmente nuestro orden básico democrático libre, el extremismo de derecha».

Llama la atención que el partido haya nombrado ya, cuando faltan todavía cuatro años para las elecciones, una comisión que desde ahora trabajará en la estrategia de reelección y que está encabezada por Kevin Kühnert. El resto de ministros socialdemócratas son Hubertus Heil en Trabajo, Christine Lambrecht en Defensa y Svenja Schulze en Desarrollo.

Los Verdes asignaron ya sus cargos la semana pasada . A su copresidente Robert Habeck le corresponderá el superministerio de Economía y Clima, mientras que su compañera de liderazgo, Annalena Baerbock, asumirá Asuntos Exteriores. Agricultura será para Cem Özdemir, un veterano del partido de familia turca, mientras que el ministerio de Familia, Mujer y Juventud se asignó a Anne Spiegel, y el de Mediombiente a Steffi Lemke. El FDP operará desde el Ministerio de Finanzas , ocupado por su líder, Christian Lindner, y para la cartera Transportes y Digitalización ha designado a su secretario general, Volker Wissing, mientras que en Justicia y de Educación estarán, respectivamente, Marco Buschmann y Bettina Stark-Watzinger.

La impronta del FDP será evitar subidas de impuestos y mantener las finanzas equilibradas. Lindner ha accedido a renunciar a los alivios fiscales que prometía en campaña a cambio de pequeñas reformas que harán que «la gran mayoría de la sociedad» disponga a final de mes de más efectivo, ha dicho. No obstante, «el freno de la deuda ha sido mantenido y será mantenido». Pero no ha conseguido aclarar cómo pretenden financiar sus futuros socios el ambicioso plan de inversiones acordado, ya que en las 177 páginas del texto del pacto de coalición no hay prácticamente referencias a los costes de dichos proyectos, ya que es necesario conseguir que se active más capital privado.

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