Séptimo día de movilizaciones indígenas en un Ecuador en medio de un estado de excepción

Las movilizaciones impulsadas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), han entrado este domingo 19 de junio en su séptimo día, aunque los bloqueos y cierres de vías bajaron de intensidad tras el estado de excepción decretado la noche de viernes por el gobierno del presidente Guillermo Lasso. Este rige para las provincias de Cotopaxi, Imbabura y Pichincha, cuya capital es Quito, adonde los manifestantes pretenden ingresar para tomar la ciudad, según han anticipado. El diálogo planteado por el mandatario tampoco ha tenido acogida entre los manifestantes, ni la mediación que han dicho podría liderar la Iglesia Católica y la Academia.

En diferentes sectores de la capital ayer hubo manifestaciones de ciudadanos que salieron a rechazar la pretensión de la Conaie de tomar Quito, y condenar que se hayan paralizado las actividades en comercios y las labores del campo, cuando la economía comenzaba a reactivarse. Hubo duras consignas en contra del dirigente Leónidas Iza, a quien culpan del caos. El recuerdo de las jornadas de octubre de 2019, cuando durante 12 días la ciudad estuvo bajo asedio y varios edificios públicos fueron incendiados y el casco histórico fue vandalizado, horroriza a la gente.

El estado de excepción decretado el viernes, que durará 30 días y rige para las tres provincias de la Sierra, fue recibido con esperanza por la mayor parte de la ciudadanía, tras una semana de agitación, cierre de vías y cuantiosas pérdidas económicas, pero no por la Conaie que pidió a Pachakutik, su bloque parlamentario en la Asamblea, gestionar su derogatoria. Con el apoyo del bloque correísta y disidentes de Izquierda Democrática (socialdemocracia) y Pachakutik, que está dividido, alcanzaron 72 votos con los que se dio luz verde al trámite. El presidente de la Asamblea, Virgilio Saquicela, ha convocado al Pleno de la Legislatura para el lunes, a las 17:30, para tratar la derogatoria del estado de excepción que, de ser aprobado, dejaría al Ejecutivo en una delicada posición y, a Quito, expuesta a nuevas movilizaciones, por lo que su alcalde, Santiago Guarderas, ha dicho que responsabiliza a los asambleístas que voten por la revocatoria de estado de excepción, por las consecuencias que podrían traer para la paz y la seguridad de la ciudad.

La presunción de que la Conaie no busca mejorar las condiciones sociales de los indígenas y campesinos, sino derrocar al presidente de la República, que había sido mencionado por analistas y observadores, ha sido verbalizado por dirigentes de organizaciones indígenas, que se han pronunciado, de manera pública, al respecto, sin siquiera matizar sus afirmaciones. En este contexto se explicaría también que los anuncios de presidente Lasso de que su gobierno aumentará el bono de desarrollo humano de USD 50 a USD 55; duplicará el presupuesto para la educación intercultural, subsidiará hasta el 50% el precio de la urea para pequeños y medianos productores; mientras que el banco estatal BanEcuador condonará todos los créditos vencidos hasta por USD 3 000, y destinará créditos agrícolas de hasta USD 5 000 al 1% y a 30 años plazo, no han merecido respuesta alguna, como tampoco la decisión de declarar en emergencia el sistema de salud pública, para contar con mayores recursos, ni su compromiso de no aumentar el costo del diésel, del gas y de las gasolinas extra y ecopaís y tampoco privatizar los servicios públicos y los sectores estratégicos.

Sobre lo que pasa en el país, el exministro de Gobierno y reconocido analista político Francisco Huerta Montalvo comentó a ABC que el decreto de estado de excepción fue tardío , porque se dejó crecer demasiado la inquietud popular, en momentos que «el país se está muriendo de hambre», aunque hay sectores sociales que no lo perciben de esa manera. Se refiere a que este año las cosechas no han sido buenas, y que productos como el banano y los camarones no ha podido ser exportados, lo que provoca el descontento y la angustia en quienes viven de esta actividad.