Atentado en Afganistán

Save the Children: «Este ataque terrorista pone en riesgo nuestra atención a 1,4 millones de niños»

La organización suspende su actividad en el país tras el asesinato de tres trabajadores de su oficina en Jalalabad

Aspecto que presentaba la zona tras el atentado terrorista contra «Save the Children» en Jalalabad Afp

Manuel Trillo

Después de más de 40 años sobre el terreno, Save the Children ha suspendido sus actividades en Afganistán como consecuencia de un atentando sufrido este miércoles en su oficina de la localidad de Jalalabad , en el este del país, en el que perecieron al menos diez personas y se registraron más de 20 heridos. De los muertos, tres eran trabajadores de esta organización no gubernamental y cinco terroristas.

Save the Children confirmó que tres de sus trabajadores fueron asesinados en el ataque, mientras que el resto del personal fue «rescatado de forma segura». Cuatro de estos resultaron heridos y están hospitalizados, añadió.

El director de Cooperación Internacional y Acción Humanitaria de la ONG en España y miembro de la «unidad de crisis» creada tras el atentado, David del Campo , indicó a ABC que Afganistán es uno de los países donde la organización tiene una mayor implantación. Según explicó, en sus programas en el país trabajan en torno a un millar de personas, que atendieron el pasado año a 1,4 millones de personas , en su gran mayoría niños, sobre todo en los ámbitos sanitario, educativo y de protección. Gracias a ellos se vacunó a 700.000 menores, de los que 310.000 son escolares de colegios que la organización impulsa en zonas remotas de la geografía afgana. «Pocas organizaciones tienen esta experiencia y recursos», añade.

El ataque de este miércoles comenzó sobre las 9.00 (hora local) con la explosión de un coche bomba por un suicida en el exterior de la sede de la ONG, a lo que siguió la irrupción en las instalaciones de hombres armados y un duro combate de estos con las fuerzas de seguridad. El asalto pudo haber acabado con un balance aún mayor de muertos si más de 40 empleados no hubieran sido rescatados por las fuerzas de seguridad afganas, indicó a Efe el portavoz del gobernador de Nangarhar, Attaullah Khogyanai.

Una organización nacida en la I Guerra Mundial

«Esta terrible noticia y el convertirnos en objetivo terrorista pone en peligro nuestra misión», lamenta. Para Del Campo, «es muy duro», ya que se trata de «una organización que va a cumplir cien años, empezó en la I Guerra Mundial, y nunca ha parado su actividad».

Ahora, está suspendida toda la actividad y se han cerrado las oficinas. La organización ha pedido a los trabajadores quedarse en sus casas y no acudir a los lugares donde desarrollan su labor, salvo en situaciones de emergencia en las que se establecería el criterio adecuado, señala.

La «unidad de crisis» de la que forma parte se coordina entre los responsables de la organización en Afganistán, la sede de Amán (Jordania) y el equipo de Londres, así como otros miembros desde otros puntos, como es su caso.

«La ayuda humanitaria es objetivo terrorista y se busca con ello inyectar miedo a la población y a las comunidades con las que trabajamos. Ahora nadie querrá ir a Afganistán o será mas difícil», explica.

David del Campo recuerda que no es la primera vez que «Save the Children» se sitúa en el punto de mira de los terroristas. En 2015 fueron secuestrados cinco trabajadores de la ONG, que un mes y medio después fueron ejecutados .

El pasado octubre, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) redujo de forma «drástica» sus operaciones en Afganistán tras sufrir varios ataques armados. En uno de ellos falleció la fisioterapeuta española Lorena Enebral Pérez, de 38 años .

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