«Centuriones» y «gladiadores» que se ganan la vida fotografiándose con los turistas en el Coliseo de Roma
«Centuriones» y «gladiadores» que se ganan la vida fotografiándose con los turistas en el Coliseo de Roma - EFE

Roma elimina a los centuriones

El ayuntamiento prohíbe también los triciclos para el transporte de personas y la reventa de billetes para museos y «no hacer cola». Se imponen multas de 400 euros. El objetivo es mantener la seguridad y el decoro con vistas al Jubileo.

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Se acabaron las fotos en Roma con falsos centuriones. Armados de escudos de plástico y crestas sobre sus cascos, se situaban frente a monumentos de la antigua Roma, especialmente el Coliseo, Foros Imperiales y Panteón, dispuestos a hacerse fotos con turistas a cambio de 5, 10 o incluso 20 euros. Japoneses y americanos eran sus clientes preferidos. Algunos llevan vistiéndose de centuriones más de 20 años y con pingües beneficios, que pueden alcanzar en algunos días los 300 euros.

Ahora el ayuntamiento de Roma, embarcado en una operación de limpieza y decoro de la ciudad eterna, ha decidido eliminarlos mediante una ordenanza municipal que, sin medias tintas, los descalifica: «Actúan frecuentemente con modalidades inoportunas, insistentes y a veces agresivas». En efecto, los falsos centuriones –algunos son italianos, pero los hay de diversas nacionalidades, como rumanos y polacos- se muestran afables para conquistar al turista y prestarse a la foto, pero luego son duros y agresivos si no obtienen una buena propina.

En general, si se les pregunta por el precio, antes de hacerse la foto, suelen responder que aceptan un pago voluntario. Después, siempre alzan la exigencia: no se conforman con un par de euros e intentan elevar la oferta, aunque sea de manera violenta.

Frente a esta ilegalidad, muy difundida en Roma, el nuevo comisario extraordinario, Francesco Paolo Tronca, impuesto por el gobierno en sustitución del exalcalde Ignazio Marino, ha prohibido «cualquier actividad que prevea la disponibilidad de un individuo a ser fotografiado con vestimenta histórica a cambio de dinero». Se acabaron, por tantos, los falsos «Marco» y «Antonio», que asaltaban diariamente a los turistas.

Fuera triciclos

El ayuntamiento ha prohibido, además, los triciclos para el transporte de personas y los vendedores de billetes de acceso a museos o de recorridos turísticos por la ciudad. Los triciclos (rickshaw) han surgido en el último año como hongos. Son ya más de 100 en el centro histórico y se lanzan como flechas para recorrer zonas peatonales y calles con tráfico, a menudo a contramano. Suelen cobrar 50 euros por visitar 5 monumentos. La explicación para eliminarlos es muy clara: «Estos vehículos con tres o más ruedas, incluso con pedalada asistida, al ser conducidos sin necesidad de carnet y no estar obligados a un seguro con responsabilidad civil, no disponen de los requisitos necesarios para tutelar la seguridad en la circulación».

Billetes para «no hacer cola»

Las motivaciones para prohibir la venta de billetes o recorridos turísticos las especifica así la ordenanza del ayuntamiento: «La promoción, en suelo público, de recorridos turísticos y venta de billetes para el acceso a museos y lugares de interés histórico, artístico o cultural, es una actividad que daña los principios de leal competencia comercial». En el Coliseo, y sobre todo, en los alrededores del Vaticano abundan estos vendedores de billetes. Asaltan al turista ofreciendo «un buen billete, barato, para no hacer la cola». En algunos casos se produce incluso la estafa, porque llegan a «vender» que en el billete está incluido el «ver al Papa».

Las ordenanzas se han adoptado por motivos de «seguridad y de decoro del patrimonio artístico, histórico y monumental de la ciudad», y para «evitar fenómenos perjudiciales y potencialmente peligrosos durante el Año Santo».

Multas de 400 euros

La ordenanza municipal prevé multas de 400 euros y el secuestro inmediato del «material utilizado» en el caso de los centuriones, y «la confiscación de los bienes« cuando se trate de triciclos y billetes.

El comisario extraordinario de Roma exige a la Policía municipal que garantice el «riguroso respeto» de su ordenanza. Habrá que ver si se cumple. Hoy, por primera vez, no hay centuriones en el Coliseo, pero amenazan con volver. La verdad es que hasta ahora, ningún alcalde había logrado erradicar estas ilegalidades. Son pequeñas, pero forman parte de una amplia serie que, en su conjunto, dan la imagen de una ciudad degradada y al ciudadano le producen fastidio e inseguridad.

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