El «regreso» de Daesh en Libia

Tras su derrota en Sirte, las numerosas bajas en sus filas fruto de los bombardeos estadounidenses y casi seis meses de inactividad, Daesh encadena dos atentados en una semana y multiplica su propaganda avisando de su reagrupamiento

Captura del vídeo de un nuevo checkpoint de milicianos de Daesh en el centro Libia A.Alamillos

A.Alamillos

La toma en diciembre de 2016 de la entonces «capital» de Daesh en Libia por las fuerzas aliadas al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) apoyadas por Estados Unidos pareció descabezar a la facción del grupo yihadista en el país norteafricano , que ha mantenido un muy bajo perfil durante los últimos seis meses. Sin embargo, tras dos atentados en apenas una semana y el relanzamiento de sus comunicaciones propagandísticas oficiales, Daesh en Libia ha comenzado un alarde de fuerza que apunta al «regreso de las huestes del Califato» y su reagrupación en el interior del país.

Fuentes militares libias estiman en al menos 1.000 los yihadistas que continúan combatiendo en las filas de Daesh en Libia y que ahora operan en las porosas y amplias áreas desérticas del sur y centro de Libia. «El número de combatientes que continúan con el Daesh se estima en unos 1.000, de diferentes nacionalidades» , ha detallado este jueves en declaraciones recogidas por la cadena local Alwasat Mohamed Al Gharsi, portavoz de la sala de operaciones militares «Al Buyan Al Marsus», milicias de Misrata que encabezaron la reconquista de Sirte, capital del Daesh en Libia. Estos 1.000 carniceros del atodenominado Estado Islámico son sólo una pequeña fracción de los 5.000 que engrosaron las tropas de la provincia norteafricana de Daesh, según cifras estimadas de la inteligencia europea y estadounidense.

«El estatus de ISIS en Libia es que ahora mismo se están reagrupando. Están en pequeños números... después de que dejaron a Sirte, desarrollamos inteligencia y los bombardeamos el 18 de enero cuando estaban en la parte sur de Libia. Se han dispersado de nuevo ahora», advirtió ya el pasado marzo el general Thomas Waldhauser, jefe del Comando de África de los Estados Unidos (AFRICOM).

Las milicias de Misrata han anunciado en las últimas semanas presencia de Daesh y «actividades sospechosas» en el desierto alrededor de Wadi Allod, un valle situado a unos 130 kilómetros al sur-oeste de Sirte, y en la carretera entre Sirte y Jufra. «Hemos detectado movimientos de Daesh al sur de Sirte, donde están intentando reagruparse y cruzar a través de nuestras líneas en el sur (del país)», declaró a principios de mes Al Gharsi. «Están buscando un nuevo refugio en las regiones centrales . Su número está creciendo constantemente», detalló además un asesor del primer ministro del GNA, Fayez al Serraj, en una entrevista con el London Times.

En declaraciones este jueves en rueda de prensa, Al Gharsi ha solicitado al GNA, gobierno auspiciado por las Naciones Unidas pero con escasa legitimidad en el país, dividido por las luchas de poder entre milicias y gobiernos rivales, la creación de una fuerza especial que luche contra los «restos» de Daesh que ahora operan en Jufra y al sur de Sirte.

Desde la provincia de Jufra, donde se cree que se han reorganizado los yihadistas, Daesh en Libia ha organizado dos nuevos atentados en apenas una semana: el pasado 23 de agosto, yihadistas de Daesh decapitaron a 11 personas en un asalto a un checkpoint a unos 480 kilómetos al sur de Trípoli, en Jufra. Las víctimas fueron nueve milicianos del Ejército Nacional Libio (LNA) del mariscal y «hombre fuerte» en el este de Libia Jalifa Haftar y dos civiles, según detalló el portavoz de las LNA, el coronel Ahmed Al Mesmari. Amaq reivindicó poco después el primer gran atentado de Daesh llevado a cabo con éxito contra las fuerzas del LNA, que hasta el momento se han enfrentado principalmente a grupúsculos afines a Al Qaida en áreas del este del país.

Las fuerzas del LNA también han sido objetivo del último atentado de Daesh en Libia este mismo jueves, cuando un coche bomba detonado en un checkpoint en la ciudad de Naufaliya, a unos 130 kilómetros al este de Sirte, se ha cobrado la vida de al menos cuatro de sus milicianos y herido a otros ocho. El atentado de este jueves ha sido rápidamente reivindicado por la agencia de noticias afín a los terroristas Amaq pero también, tras meses de silencio, por la oficina de comunicación oficial del propio Estado Islámico.

Aunque la propaganda «no oficial» de Daesh en Libia no ha cesado en los grupos de Telegram afines a los yihadistas, la organización ha permanecido en estado latente hasta la semana pasada, cuando publicaron un nuevo vídeo que mostraba el establecimiento de un checkpoint yihadista en una carretera del centro de Libia, signo inequívoco de su operación de «regreso» a la actividad insurgente . En el vídeo, publicado por Amaq, se puede observar cómo un grupo de yihadistas de Daesh revisan coches y camiones en la carretera del desierto entre Jufra y la ciudad de Abu Grein (norte). Además, se muestran dos secuestrados de alto perfil político y de seguridad local, lo que confirma denuncias de la intensa campaña de secuestros y extorsión común en los últimos años en Libia, a la que se habrían sumado los yihadistas de Daesh. «La guerra acaba de empezar, regresan las huestes del Califato», rezan los mensajes distribuidos en newsletters del grupo terrorista.

Checkpoint de carretera en Jufra, área donde se estarían reagrupando los yihadistas ABC

En 2015, Sirte se convirtió en una de las principales «capitales» del autodenominado Estado Islámico, que gracias al caos en el que se sumió Libia tras la caída del dictador Muamar Gadafi logró poner un pie en más de 200 kilómetros de la costa noroeste del país e imponer su sharía de burkas negros, ejecuciones en las calles, manos cortadas e impuestos sobre la población civil para que llenaban las arcas yihadistas. Tras su expulsión de Sirte, Daesh en Libia no habría logrado todavía restablecer un control similar de territorio en Libia, según un informe de la Misión de la ONU en el país (UNSMIL), que aun así incide en la creciente actividad de los terroristas de Daesh en zonas del centro y sur del país.

Con la pérdida de su «capital», los yihadistas se han visto forzados a operar en «células terroristas», que probablemente llevarán a cabo ataques terroristas en su «usual estilo barbárico», según han señalado a este diario analistas libios, que ya apuntaron al sur de Sirte como posible nueva base de operaciones del grupo: «Se verán obligados a operar de forma encubierta. Hasta que puedan encontrar una nueva base, su estrategia se dictará al "estilo guerrilla" , para parecer más peligrosos y poderosos de lo que realmente son», señaló el analista en seguridad libio Tarek Megerisi.

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