Marcelo Rebelo de Sousa, el pasado mes de enero REUTERS

Rebelo de Sousa, el turno para el presidente de la cohabitación

El nuevo presidente del país toma hoy posesión como inquilino del Palacio de la República de Portugal

CORRESPONSAL EN LISBOA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Después de la Revolución de los Claveles, Marcelo Rebelo de Sousa ingresó en el Partido Socialista Demócrata. Y más de 40 años después, alcanza la cúspide de su trayectoria política al tomar posesión este 9 de marzo como nuevo presidente de la República de Portugal.

Ante sí tiene por delante un camino que no va a estar precisamente lleno de rosas, pues le toca bregar con el difícil fenómeno de la cohabitación. Si su antecesor, Aníbal Cavaco Silva, pudo sintonizar en la pasada legislatura con el igualmente conservador Pedro Passos Coelho, a él no lo queda más remedio que apaciguar con sus armas institucionales al primer ministro, António Costa, embarcado en un viaje complicado bajo el sustento de los comunistas y del Bloco de Esquerda, equivalente a Podemos.

Rosas y espinas

Habrá rosas por doquier, eso sí, en la ceremonia de bienvenida en Belém. Porque serán 2.000 las que decoren la estancia de Ajuda con los colores rojo y verde de la bandera. A partir de ahí, le acechan probablemente las espinas en forma de rebelión socialista frente al nuevo plan sistemático de reformas que pretende instaurar Bruselas para que Portugal no acabe despeñándose por la senda griega.

Todos los ojos están puestos en el profesor Marcelo, quien sin embargo ya ha anunciado que realizará un discurso tibio con el objetivo de rodarse unas semanas en el cargo y dejar su gran apuesta verbal para el emblemático 25 de abril, día en que se conmemorarán los 42 años del fin de la dictadura de Salazar.

El nuevo presidente, de 67 años, ya determinó que, dentro de los cánones de este tipo de protocolo, iba a procurar aplicar una cierta austeridad para transmitir una imagen mesurada en estos tiempos que corren. Nada de estridencias ni despilfarros, por tanto.

Por ejemplo, desaparece de la agenda el banquete que solía celebrarse en el Palacio de Queluz, en las proximidades de Lisboa. Los actos, siguiendo la tradición, durarán 12 horas y serán la antesala para un desplazamiento a Oporto este viernes con la intención de transmitir sensaciones de dinamismo y descentralización a los ciudadanos.

Presencia de Felipe VI y sin primera dama

El Rey de España, don Felipe, asiste a unos actos en los que, por primera vez en la historia de Portugal, no habrá primera dama. Y es que Rebelo de Sousa está divorciado y comparte su vida, al margen de las nupcias, con Rita Amaral Cabral (una antigua alumna) desde hace más de tres décadas.

«No hay ninguna obligación institucional de tener una primera dama», se ha apresurado a puntualizar el ecuánime exdocente universitario para acallar a sus detractores, en parte silenciados cuando alcanzó la mayoría absoluta en las pasadas elecciones de enero sin necesidad de una segunda vuelta.

Más allá del boato, Rebelo de Sousa desea amplificar su aureola pública, catapultada en sus años como comentarista estrella de la televisión, y ahora se mira en el espejo de su mayor reto político.

Ver los comentarios