Un cartel con la imagen del general Michel Aoun en una calle de Beirut
Un cartel con la imagen del general Michel Aoun en una calle de Beirut - AFP

¿Un presidente para el Líbano?

Después de dos años y medio de vacío presidencial, el país se acerca al nombramiento de un jefe de estado

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Después de dos años y medio de vacío presidencial, Líbano podría elegir este próximo lunes al general cristiano Michel Aoun, de 81 años, como nuevo presidente de la república. De producirse el nombramiento, éste sería resultado de las intensas negociaciones mantenidas en los últimos meses entre Aoun y sus aliados del grupo chií Hizbolá, y el ex primer ministro suní Saad Hariri que forma bloque con los cristianos de Fuerzas Libanesas. Para obtener una victoria clara el antiguo general debería conseguir en la primera ronda de votaciones 86 votos de 128, una posibilidad que ahora parece más cercana que nunca después de que hasta en 45 ocasiones el Parlamento libanés haya fracasado en su intento de designar un Jefe de Estado.

El sueño de Aoun de convertirse en presidente empezó a materializarse el pasado 20 de octubre cuando el ex primer ministro Saad Hariri decidió por sorpresa respaldar su candidatura después de haber apoyado anteriormente al líder cristiano del Movimiento Marada, Suleiman Franjieh. El pacto entre Aoun, polémico socio de Hizbolá, y Hariri, muy cercano a Arabia Saudí, dibuja de forma muy clara cómo funciona el sistema de alianzas en la cambiante política libanesa: después de insistir en que el futuro presidente no podía ser de la coalición a la que pertenece Hizbolá, Hariri ha dado un giro de 180 grados para terminar abrazando al candidato propuesto por Hizbolá desde el principio, Michel Aoun.

El trato supondría como contrapartida la vuelta de Hariri al ruedo político en el papel de primer ministro, una jugada aprobada por Hizbolá aunque calificada por la organización de Hassan Nasralá de «gran sacrificio» dadas las posturas enfrentadas que sostienen suníes y chiíes libaneses, sobre todo en torno a la participación de Hizbolá en la guerra siria. Si bien algunos analistas consideran ya el triunfo de Aoun como una victoria del eje proiraní en Oriente Medio que podría dejar consecuencias, lo cierto es que el político libanés ha manifestado en varias ocasiones su intención de aislar al Líbano del infierno sirio.

El gobierno tardará

Desde que Michel Sleiman terminó su mandato en mayo de 2014 Aoun se postuló como presidente, rechazando desde el inicio cualquier apoyo a otros candidatos. Su firme decisión de alcanzar el poder ha llevado incluso a la coalición del 8 de marzo, en la que se agrupan diputados del partido de Aoun y Hizbolá, a boicotear las sesiones en el Parlamento por falta de quórum.

Si todo marcha conforme a lo esperado el lunes, Aoun contará igualmente con el respaldo del líder de la comunidad drusa, Walid Jumblatt, aunque no así con el del presidente del Parlamento libanés, el chií Nabih Berri. En Líbano rige un sistema proporcional que reparte los distintos puestos entre los representantes de las diversas confesiones. Según ese sistema, solo un cristiano maronita puede ser presidente, mientras que un suní preside el gobierno y un chií el parlamento. Aunque Aoun obtenga la presidencia no se descarta que la formación de gobierno pueda tardar entre cinco y seis meses más.

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