El padre y la madrastra de la niña asesinada en Portugal, en prisión preventiva

Son los principales sospechosos del homicidio de Valentina, de nueve años, en un caso de gran impacto en el país vecino

Peniche, la localidad costera portuguesa donde tuvo lugar el asesinato de la pequeña Valentina Efe
Francisco Chacón

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El crimen de la niña Valentina , de nueve años, no deja de producir una oleada de indignación en Portugal , que clama contra el ensañamiento hacia la menor desvelado por la autopsia. Los indicios apuntan al padre, Sandro Bernardo (32 años), como presunto autor del homicidio en colaboración con la madrastra, Marcia (38), ya en prisión preventiva después de haber sido detenidos ambos y con otra terrible acusación a sus espaldas: profanación de cadáver.

Los hechos acontecieron el domingo 10 de mayo en los alrededores de Peniche , una localidad perteneciente al área de Leiria, ciudad situada a medio camino de la carretera que une Lisboa con Oporto. Allí residía la pequeña desde que la educación telemática hizo que tuviera que salir de Bombarral, donde vivía junto a su madre biológica (de quien se separó el progenitor), porque carecían de equipamiento informático en ese domicilio.

Pero las relaciones eran tensas en su nuevo hogar, donde también vivían dos niños de la madrastra. Mucho más desde que se inició el confinamiento, que estaba afectando a la familia desde el punto de vista económico hasta el punto de que el padre planeaba llevarse a Valentina fuera de Portugal, pese a que ella no se mostraba de acuerdo.

Al parecer, Sandro Bernardo golpeó reiteradamente a su hija desde las nueve de la mañana del domingo y su agonía de unas 14 horas desembocó en su fallecimiento ya entrada la noche.

El acusado efectuó una confesión en primera instancia y se vio obligado a prestarse a una reconstrucción de lo acontecido, donde se dejó traslucir que Marcia cambió de ropa al cuerpo sin vida y que la pareja presuntamente culpable había optado por no enterrar el cadáver sino intentar taparlo bajo un montón de arbustos.

De modo que cada detalle solivianta más y más a los ciudadanos portugueses, en vilo desde que la pequeña se encontraba ilocalizable.

Debate sobre la pena de muerte

La conmoción se puede cortar a lo largo y ancho del territorio luso a causa de este desenlace trágico que incluso ha reabierto incluso el debate sobre la hipotética conveniencia de recuperar la pena de muerte, algo que está levantando una gran polémica al otro lado de la frontera.

Para colmo, la agresividad de los golpes que recibió Valentina se traduce en un cargo añadido sobre Sandro Bernardo, que deberá responder por violencia doméstica. Su prisión preventiva la cumplirá en la prisión anexa a la sede central de la Policía Judicial, en Lisboa, mientras que la madrastra permanecerá en la cárcel de Tires, en Cascais, a unos 30 kilómetros de la capital portuguesa.

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