Pablo Ibar, en la fase judicial que decidirá si vuelve al corredor de la muerte

El juez de Florida rechaza la petición de «prohibir» que se le condene de nuevo a la pena capital

Pablo Ibar, este miércoles a su llegada a la audiencia en Fort Lauderdale (Florida) Efe

Manuel Trillo

Pablo Ibar , el hispanoestadounidense que pasó 16 años en el corredor de la muerte y al que un jurado volvió a declarar culpable en enero de un triple asesinato en Florida , regresó este miércoles a la sala de vistas, donde se abrió la fase que determinará la sentencia y, por tanto, si se le condena de nuevo a la pena capital o a cadena perpetua.

En 2016 el Tribunal Supremo del estado anuló la sentencia que se le había impuesto en 2000 por deficiencias en su defensa y ordenó la repetición del proceso. Durante el nuevo juicio -el cuarto al que se sometió por los mismos hechos-, los esfuerzos de sus nuevos abogados por demostrar que la acusación estaba sustentada en pruebas alteradas o poco consistentes y en testimonios inducidos no impidieron que el jurado emitiera, con la unanimidad requerida de sus doce miembros, un veredicto de culpabilidad. Se le vuelve a considerar, por tanto, responsable del asesinato en 1994, en una casa de la localidad de Miramar, del dueño de un local nocturno, Casimir Sucharski, y dos bailarinas, Marie Rogers y Sharon Anderson.

Ahora falta que el jurado recomiende una condena en la llamada fase de sentencia, que empezó este miércoles en Fort Lauderdale. En ella vuelven a intervenir las partes, cada una de las cuales aporta sus testigos. Se espera que los miembros del jurado se retiren a deliberar el próximo miércoles y que ese mismo día o el siguiente emitan su recomendación. Para el caso de condena a muerte , debe ser por unanimidad. Si no es así, será cadena perpetua .

No obstante, en caso de que el jurado recomiende pena de muerte, el juez puede rebajar la condena a cadena perpetua. En cambio, no está habilitado para aumentarla de cadena perpetua a pena capital.

Un primer revés

Esta nueva fase comenzó con mal pie para la defensa, ya que el juez Dennis Bailey rechazó la moción que había presentado para «prohibir» que se condenara a Ibar a la pena de muerte, basándose en los «derechos humanos internacionales de sus dos hijos menores». Los abogados adujeron que su esposa, Tanya Ibar , tiene dos hijos de siete y doce años «que para el tiempo de su nacimiento lo reconocen a él como su padre».

El escrito esgrimía la Convención Internacional del Niño y la Convención sobre Derechos Civiles y Políticos, y citaba a una especialista para advertir de que los menores son «especialmente vulnerables a trauma psicológico y emocional asociado con el bienestar de sus padres y particularmente de su padre prisionero».

El juez respondió que, si bien la especialista puede ser testigo en esta fase del juicio, lo que plantea la moción no es un argumento legal aceptable, recoge Efe.

Pablo Ibar, sobrino del boxeador Urtain e hijo de un antiguo pelotari vasco que emigró a Florida, ha pasado más de media vida entre rejas. Su padre, Cándido Ibar , confía en que no se le condene a muerte, sino a cadena perpetua. «Tampoco es muy bueno, pero, entre las dos cosas, es la mejor», declaró este miércoles a Radio Euskadi.

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