Lauri Love, a su llegada a los tribunales de Londres
Lauri Love, a su llegada a los tribunales de Londres - REUTERS

Ordenan extraditar a EE.UU. a un hacker inglés autista

Lauri Love, que entró en ordenadores del FBI, el Pentágono y la Reserva Federal, podría suicidarse según sus padres

LONDRES Actualizado: Guardar
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“¡No es posible, no es posible!”, exclamó en la Corte de Westminster el reverendo Love, un capellán de prisiones de un pequeño pueblo del Este de Inglaterra, tras escuchar la decisión que había tomado sobre su hijo la jueza Nina Tempia: “Voy a extraditar a Mr. Love”. Concluía así una vista de tres días para decidir si Lauri Love, un inglés de 31 años con síndrome de Asperger, una forma de autismo, era extraditado a Estados Unidos para ser juzgado por piratear ordenadores del FBI, la Reserva Federal, la NASA y el dispositivo de misiles de Estados Unidos. La familia del hacker afirma que sufre de depresión y que la decisión podría abocarlo al suicidio.

Lauri Love vive con sus padres en Stradishall, un minúsculo pueblo del Este de Inglaterra cercano a una cárcel, donde su padre trabaja como capellán, y una base de la RAF.

Lauri se graduó en Informática y Física en la Universidad de Glasgow y mostró pronto interés por el activismo político, participando en el movimiento Occupy y en los pirateos informáticos de Anonymous. Sus defensores lo definen como un “activista online”. Sus detractores como un simple pirata informático. El Gobierno estadounidense lo acusa de provocar “daños de varios millones de dólares” con sus incursiones en los ordenadores de su administración. Lauri se jactaba en internet de su acceso a la NASA y según los estadounidenses violó los datos privados de 140.000 empleados del ministerio de Energía. También recuerdan que planeaba alardear de sus acciones en las redes sociales.

Precedentes

La jueza razonó así su decisión: “El señor Love se enfrenta a unas acusaciones extremadamente serias por sus delitos de pirateo informático, que cometió durante un año, de octubre de 2012 al mismo mes de 2013. Acepto las preocupaciones referentes a su salud física y mental, pero he estudiado los servicios médicos de las prisiones de Estados Unidos y la extradición es compatible con sus derechos”.

Love fue detenido en casa de sus padres y se requisaron sus ordenadores. Su progenitor trabaja precisamente en tratar de evitar el suicidio de reclusos con problemas. “Esto no es correcto. No pueden llevarse a mi hijo. Un chico que tiene problemas mentales no puede ser apartado de su entorno familiar solo para satisfacer el deseo de venganza de los americanos”, protestó el reverendo, mientras Lauri permanecía impasible, igual que cuando escuchó la sentencia. En las puertas del juzgado sus partidarios daban voces de “tribunal ilegal”. “Si tienes que ir a tribunales estás perdido”, comentó el pirata informático, que recurrirá en la Corte Suprema e incluso ante el tribunal europeo de Estrasburgo.

Según su familia, además de su síndrome de Asperger, el joven padece también depresión y eczema. El caso ha traído a la memoria el de Gary Mckinnon, otro pirata informático con la misma variante de autismo. En 2012 la actual primera ministra Theresa May, entonces responsable de Interior, paralizó su extradición a Estados Unidos por un claro riesgo de suicidio. Ahora la orden también tendrá que ser ratificada por Interior, pero una reciente reforma legislativa ha recortado su margen de actuación en decisiones de este tipo.

Lauri Love fundó en mayo una consultora en ciberseguridad para tratar de poner sus conocimientos del lado de la ley. El hecho que desde un pueblo perdido de Suffolk lograse entrar en ordenadores de departamentos en teoría altamente protegidos dejó en muy mal lugar a las autoridades de Estados Unidos.

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