Carmen de Carlos - En foco

Nayib Bukele, «El Salvador»

En tres décadas no se había producido un asalto al poder por las urnas tan espectacular como el suyo

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Para los nostálgicos, y para los otros también, la vida ya no es lo que era ni la política funciona como antes. Las elecciones, en el viejo y en el nuevo continente, arrojan victorias de políticos que hasta hace poco merecían el desprecio de consultores y medios de comunicación. Ahora, surgen candidatos sin “aparato” que terminan poniendo en evidencia pronósticos de los que se suponen en control de una versión moderna del oráculo de Delfos. El Salvador es el último ejemplo de este fenómeno que responde a un hartazgo de corrupción, impunidad y miseria social.

Nayib Bukele, alcalde de San Salvador, de 37 años, se llevó por delante a los partidos históricos y les ha quitado de la boca el caramelo eterno de un poder caótico incapaz de mejorar la vida de los ciudadanos. Este empresario, de raíces palestinas, llegó, como buena parte de los «millennial», con una mano delante del teléfono móvíl y otra detrás bloqueando a los veteranos que creyeron propio el sueño eterno del bipartidismo. Al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y al conservador Arena, aún les cuesta digerir lo sucedido. Y en el FMLN, el trago resulta más agrio ya que Bukele, estuvo en sus filas y conoce bien la tropa del antiguo movimiento guerrillero.

En tres décadas no se había producido un asalto al poder por las urnas tan espectacular como el suyo. «Nuestro país es como un niño enfermo. Nos toca cuidarlo, nos toca ahora tomar un poco de medicina amarga», dijo, sin miedo, durante la ceremonia de investidura de hace un par de días el flamante presidente. Con el 53 por ciento de los votos se impuso en primera vuelta en una carrera triunfal pero ahora empieza otra en la que tiene por delante no pocos desafíos y en la memoria una guerra civil (1980-1992) que dejó no menos de 75.000 muertos.

La comunicación es el as digital en el bolsillo de Nukele y promete tener a Facebook, como primera plana de su gestión. De hecho, así anunció su actual Gabinete donde las mujeres (siete ministras) son las reinas de su equipo. Twitter es otro de los potros de la palabra donde cabalga y donde en ocasiones se ha desbocado y ha servido en bandeja que le comparasen con Donald Trump.

Modelo en evolución, este empresario salió de la izquierda y hora enfila la ruta de la derecha. Su misión es tomar las riendas de uno de los países más violentos del mundo porque v ivir en El Salvador (no llega a seis millones y medio de población) es vivir con las maras (entre enero y abril se registraron 919 homicidios) y hacerlo peligrosamente. También, asumir que casi el 38 por ciento de la población es pobre. Sólo estos desafíos son para echarse a temblar y eso, sin mayoría en la Asamblea Legislativa (Parlamento) donde, los de siempre, con ayuda del PCN (Partido de Conciliación Nacional) y el PDC (Partido Demócrata Cristiano) tienen la sartén por el mango y el mango también.

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