Merkel plantea más gasto para ganar el apoyo del SPD

La mayoría de los alemanes es partidaria de otra «gran coalición» entre conservadores y socialdemócratas

Angela Merkel, durante una reunión con su partido esta semana EFE

ROSALÍA SÁNCHEZ

Merkel es consciente de que debe proporcionar al líder de los socialdemócratas una buena coartada que justifique una reedición de la gran coalición en Alemania . La canciller acudió ayer al Palacio de Bellevue, donde Martin Schulz se presentó más por mandato del presidente Steinmeier que por convicción propia, al primer cara a cara de los potenciales socios de gobierno, con un paquete de ofertas que el SPD pueda presentar ante sus bases sin perder la credibilidad. Un plan que se apoya en dos pilares: inversión pública y lucha antiterrorista.

«La formación de un gobierno estable es muy urgente», dijo en una entrevista el ministro de Interior democristiano, Thomas de Maizière , «un gobierno estable es siempre bueno para la seguridad de los ciudadanos y, en este caso, las deficiencias en la lucha contra el terrorismo solo pueden afrontarse una vez que el nuevo Gobierno acuerde un presupuesto». Tras estas palabras, y con los mercados navideños de Berlín tomados por la policía armada, una negativa de los socialdemócratas parecería una irresponsabilidad impresentable. Pero, junto al palo, la zanahoria: Merkel ofrece ahora el programa de inversión pública que los socialdemócratas llevan varias legislaturas demandando en vano.

«Se trata de enlazar una política de consolidación fiscal con inversiones que favorezcan el crecimiento. Este principio guiará mis conversaciones con el SPD», adelantó la canciller en un vídeo difundido en un acto empresarial. Mekel cree que es posible evitar endeudarse a la vez que se lanza un programa de infraestructuras que reactive la actividad empresarial y el consumo.

La mayoría de los alemanes es partidaria de una «gran coalición», según un sondeo publicado ayer, horas antes de la reunión, y elaborado por el Instituto Allensbach. El 61% apoya esa opción , entre ellos un 58% de los militantes del SPD. El principal enemigo de la «Groko», como se habla familiarmente en Berlín de la gran coalición, no está por tanto en la bancada socialdemócrata ni en las encuestas de opinión, sino dentro de casa. Apenas Merkel pronunció la palabra «gastos», la comisión de Finanzas de su partido se manifestó ayer en contra de una «gran coalición» basada en lo que dijo que sería «un conjunto de promesas que no se pueden pagar en políticas sociales».

El equipo financiero cristianodemócrata y, con más fuerza si cabe, el socialcristiano (CSU) de Baviera, abogaron por un gobierno en minoría en el que Merkel vaya negociando apoyos parlamentarios puntuales.

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