Macron en Iraq, único líder occidental en una conferencia regional

La agenda teórica es tan ambiciosa como irresoluble: diferencias entre iraníes y sauditas, la inestabilidad de Irak, el puesto de Turquía en Oriente Medio, la onda de choque del nuevo Afganistán

El presidente iraquí Barham Salih y el presidente francés Emmanuel Macron llegan a una conferencia de prensa conjunta en el Palacio Presidencial de Bagdad AFP

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Emmanuel Macron inicia este sábado una visita de dos días de duración a Irak, para participar en una conferencia regional e intentar avanzar los peones franceses en el archipiélago de crisis regionales, tras la debacle occidental en Afganistán .

El primer objetivo es participar en una conferencia convocada por el primer ministro de Irak, Moustafa al-Kazimi, en la que participarán parte de los vecinos de Irak, como el Rey de Jordania, Abdallah II, el emir de Qatar, Tamim Bin Hamad Al Thani, el emir de Dubái, Mohammed bin Rashid Al Maktoum. Ha sido invitado el presidente egipcio, Abdel-Fattah al-Sissi. Turquía pudiera estar representada por su ministro de Asuntos exteriores.

Emmanuel Macron es el único dirigente occidental invitado y co-organizador de la conferencia, que tiene una agenda teórica tan ambiciosa como irresoluble: diferencias entre iraníes y sauditas, la inestabilidad de Irak, el puesto de Turquía en Oriente Medio, la onda de choque del nuevo Afganistán.

La presencia de Macron en una conferencia regional estuvo sujeta a múltiples compromisos y tensiones apenas larvadas.

No parece previsible pensar que la conferencia aporte soluciones evidentemente ilusorias. Por el contrario, el presidente Macron desea insistir en el compromiso de Francia con sus amigos y el deseo de participar en posibles iniciativas que diluyan las inflamables rivalidades regionales, religiosas, diplomáticas, militares.

Desde una óptica nacional, Macron desea insistir en la determinación francesa en cuestiones de seguridad y defensa, europeas y regionales, mediterráneas, cuando Europa está visiblemente dividida y ausente en esas cuestiones estratégicas donde se juega el futuro de nuestra civilización.

Sin poder ir mucho más allá de las declaraciones de intenciones, se presta al presidente francés la intención de marcar puntos.

Hace apenas dos años, Emmanuel Macron denunció el estado de «muerte clínica» de la OTAN, estimando que la seguridad de Europa estaba «al borde de un precipicio». La presidencia Trump y la debacle de Afganistán parecen confirmar un diagnóstico que tiene muchos flecos dramáticos. En su visita a Irak de 48 horas, Macron volverá a insistir en el compromiso y esperanza de Francia como actor que espera hacer audible sus proyectos e ilusiones.

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