Londres amenaza con dejar en junio la negociación con Bruselas si no hay acuerdo

«Si no es posible un resultado satisfactorio, nuestra relación comercial será similar a la que tienen la UE y Australia», avisa el Gobierno británico

El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson AFP / VIDEO: Así van las negociaciones tras el 'Brexit' - ABC Multimedia

Ivannia Salazar

El Gobierno británico dio a conocer ayer sus líneas rojas para un acuerdo comercial con la Unión Europea , y amenazó con retirarse de las negociaciones el próximo mes de junio si el club comunitario no accede a darle al Reino Unido un trato similar al de otros países con los que tiene tratados comerciales.

El documento, titulado «La futura relación con la UE: el enfoque del Reino Unido para las negociaciones», es la declaración de intenciones británica ante el establecimiento de los lazos que mantendrá con la UE una vez consumado el Brexit, cuando acabe el período de transición en diciembre de este año.

La idea de los británicos es que si en cuatro meses no se ha llegado a nada, entonces la opción es un «no acuerdo» a partir de enero. «Si no es posible negociar un resultado satisfactorio , la relación comercial con la UE se basará en el Acuerdo de Retirada de 2019 y será similar a la de Australia», avisan.

El documento también confirma lo que ya había anunciado el primer ministro Boris Johnson: que el Gobierno no extenderá el período de transición más allá del 31 de diciembre bajo ninguna circunstancia , ya que tal y como está planteada la hoja de ruta se está «dejando un tiempo limitado pero suficiente para que el Reino Unido y la UE lleguen a un acuerdo».

Entre «estados soberanos»

El Ejecutivo de Johnson insiste en que su objetivo es alcanzar un «tratado de libre comercio integral» y que, como ha manifestado en otras ocasiones, su expectativa es que sea del estilo del acuerdo con Canadá. «Este es el tipo de acuerdo de libre comercio que debería poder alcanzarse entre estados soberanos que respetan su independencia, tal y como lo ha hecho la UE en el pasado», indican desde Downing Street.

En este sentido, aseguran que «el Gobierno británico está pidiendo el tipo de trato que la UE ha dado a otros países » y que «la proximidad no es el factor determinante. Por ejemplo, el acuerdo entre Estados Unidos, Canadá y México no requiere de una alineación regulatoria a las normas de ninguno de ellos».

Así, Johnson ha sido claro en que «no va a aceptar una alineación con la UE, ya que su objetivo principal es garantizar el restablecimiento de la independencia económica y política del Reino Unido el 1 de enero de 2021».

Las conversaciones entre ambas partes empiezan el próximo lunes, pero Gran Bretaña se niega a suscribirse a las demandas de «igualdad de condiciones» que Bruselas exige en algunas áreas , como en materia de ayudas estatales, así como en normas y reglamentos relativos a derechos de los trabajadores o alimentación. Justamente es este uno de los puntos -en concreto la polémica del pollo clorado- lo que ha dejado en evidencia esta semana que las cuerdas se están tensando aun sin haber empezado a hablar.

«El control de sus leyes»

«Pase lo que pase, el Gobierno no negociará ningún acuerdo en el que el Reino Unido no tenga control de sus propias leyes y vida política», dice el mandato británico, y «eso significa que no aceptaremos ninguna obligación de que nuestras leyes estén alineadas con las de la UE, o que las instituciones de la UE, incluido el Tribunal de Justicia, tengan jurisdicción en el Reino Unido».

Otra materia que se prevé compleja en la negociación es el protocolo de Irlanda del Norte. El Reino Unido sostiene que «los acuerdos sobre el comercio en la frontera irlandesa están cubiertos por el Acuerdo de Retirada y se discutirán de forma separada a las conversaciones comerciales generales».

Pese a las líneas rojas de Johnson, otras voces han mostrado un tono más conciliador, como es el caso del embajador británico en España, Hugh Elliott, quien sostiene que «queremos una relación con la UE basada en una cooperación amistosa entre iguales que tenga al libre comercio en el centro», ya que «es una relación que se inspira además en nuestra historia y valores compartidos ». Elliot hace además un apunte local: «Como he dicho en numerosas ocasiones, hemos salido de la Unión Europea pero no nos vamos de Europa, y naturalmente, nuestra amplia y profunda relación con España seguirá siendo fundamental».

Menos complacidos deben de estar en Bruselas , aunque la respuesta fue prudente. Michel Barnier, jefe negociador de la Comisión Europea, expresó en su cuenta de Twitter que «tomamos nota del mandato del Reino Unido publicado hoy y discutiremos nuestras respectivas posiciones el lunes» , y agregó que «queremos una asociación ambiciosa y justa con el Reino Unido en el futuro».

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