El presentador Bruno Vespa, durante la polémica emisión
El presentador Bruno Vespa, durante la polémica emisión - EFE

Gran tormenta política en Italia por la entrevista al hijo del capo de la mafia Totó Riina

Instituciones y familiares de las víctimas enfurecen con los responsables de la RAI

Corresponsal en Roma Actualizado: Guardar
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Se ha convertido en un caso nacional: No se aplaca la tormenta política y mediática suscitada por la polémica entrevista emitida por la RAI (Radiotelevisión pública italiana) a Salvo Riina, hijo del que fue gran capo de la mafia siciliana, Totó Riina, quien ordenó el asesinato de los magistrados Falcone y Borsellino, en 1992, y decenas de homicidios, entre ellos muchos servidores del Estado. Hoy Totó Riina está en la cárcel, condenado a cadena perpetua, y su hijo Salvo en libertad vigilada tras haber pasado nueve años de cárcel por asociación mafiosa. La ocasión para la entrevista ha sido la publicación de un libro, «Riina Family life», en el que Salvo hace un recorrido sobre la relación con su padre.

Como muchos temían, el hijo del campo mafioso mostró un cierto desprecio e indiferencia hacia las instituciones y familiares de las víctimas, mientras presentaba a su padre como un hombre afable que ha sabido transmitirle valores.

El mafioso Riina se sintió cómodo con la entrevista realizada por el periodista Bruno Vespa, conocido presentador del programa «Porta a Porta»: «¿Qué es la mafia? Nunca me lo he preguntado; no tengo una respuesta precisa, la mafia es todo y nada, no soy yo quien debe decirlo. ¿Ha sido justo arrestar a Totó Riina? No para mi, porque me han quitado a mi padre y yo sigo solo el cuarto mandamiento, lo honro y lo amo, también a mi madre y mi familia. No juzgo a mi padre».

Durísimas reacciones

Durísimas han sido las reacciones de los representantes de las instituciones, comenzando por el presidente de la República, Sergio Mattarella, cuyo hermano Piersanti fue asesinado por la «cosa nostra» cuando era presidente de la región de Sicilia en 1980. «Me ha parecido escuchar el tono de los viejos capos mafiosos de hace 50 años; imagino los aplausos que le habrán dedicado los mafiosos por la firmeza demostrada en televisión; sus manos están ensangrentadas». Estas son las palabras que con amargura y cólera ha pronunciado el presidente del Senado, Piero Grasso, que como magistrado fue uno de los grandes protagonistas del gran proceso contra «cosa nostra» desde 1986 a 1992. Grasso ha sido duro contra Bruno Vespa, director de «Porta a Porta»: «No ha logrado otra cosa que respuestas previsibles de un mafioso hijo del capo de cosa nostra». Crítica se ha mostrado incluso la presidenta de la RAI, Manica Maggioni, quien habla de «una insoportable entrevista a un mafioso». Maggioni compareció en la Comisión antimafia del Senado, junto al director general de la RAI, Antonio Campo Dall’ Orto, quien aseguró que, para evitar una situación parecida, «desde septiembre habrá un supervisor, un director editorial para los contenidos informativos».

Sin preguntas incómodas

Entre los profesionales de la información es grande también el debate. En general se piensa que en esta ocasión en «Porta a Porta» de la RAI no se hizo buen periodismo. El problema no fue tanto el hecho de transmitir una entrevista a un criminal mafioso, sino que no se afrontó debidamente cuándo, dónde y cómo.

En todo caso, el presentador debió plantearle al mafioso las preguntas que se estaban haciendo millones de telespectadores. «No hubo preguntas incómodas: Se transmitió el mensaje de que una familia de mafia es una familia normal», ha dicho Giuseppe Di Lello, exmagistrado de Palermo. En definitiva, el mafioso Riina dijo en la RAI lo que él quería y ganó su partida. El periodismo perdió así una gran ocasión para conocer de verdad lo que es «Cosa nostra».

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