Fontana di Trevi, las monedas son un tesoro anual de 1,5 millones de euros

En sus aguas se deposita cada día una pequeña fortuna, junto a un sinfín de sueños y deseos. En la Fontana de Trevi, uno de los monumentos más sugestivos y románticos de Roma, el más visitado junto al Coliseo y el Panteón, miles de turistas de todo el mundo realizan diariamente el mismo rito mágico: De espaldas al monumento lanzan una moneda al agua. Dice la tradición que trae buena suerte y se retorna a Roma. Más allá de esa leyenda y creencia popular, está la realidad del tesoro que forman esas monedas: El pasado año sumaron casi un millón y medio de euros –un promedio de 4.000 euros cada día-, que Caritas destina a proyectos de solidaridad y de caridad.

Se recoge dinero de muchos países: “Euros, dólares y yenes son las monedas más lanzadas. En el último año ha habido un notable incremento de dólares australianos”, afirma Caritas. Una interesante novedad es el aumento de los exvotos que se lanzan al agua: “Hemos encontrado muchas medallas con imágenes de santos, en especial del Padre Pío, del papa Francesco y de la Virgen María. Además, pulseras, pequeños candados, llaves, fichas de plástico y muchas gafas de sol”, señala Caritas. Para evitar los intentos de robo, que no faltan, la recolecta de monedas se realiza en las primeras horas de cada día. El importe de ese tesoro es superior a lo que recaudan al año las cuatro sedes del Museo Nacional Romano: Palazzo Altemps, Termas de Diocleciano, Palazzo Massimo y Crypta Balbi, que ingresan en sus cajas un total de 1.100.000 euros.

Nunca pudieron imaginar que hacían ese regalo a Roma quienes realizaron la más bella y célebre fuente barroca del mundo: El proyecto original fue de Lorenzo Bernini en 1625, lo desarrolló el arquitecto Nicola Salvi en 1732, y 30 años después Giuseppe Panini completó la Fontana.

No están claros los orígenes de la tradición de lanzar la moneda al agua. Podría derivar de la costumbre en antiguas culturas de echar en las fuentes, en pozos o en ríos –el agua se relacionaba con lo divino- pequeños dones a las divinidades locales, para obtener sus gracias o protección. En la Fontana de Trevi se mezcla el ritual y la leyenda: Vemos a una joven oriental que se coloca la moneda en la frente y medita varios segundos antes de lanzarla al agua. La leyenda inspiró la película “Tres monedas en la fuente” (1954): Si se lanzan tres, la primera garantiza el regreso a Roma, la segunda conlleva una nueva historia de amor y la tercera conduce al matrimonio.

En el imaginario colectivo estará para siempre una de las escenas legendarias del cine, el baño de Anita Ekberg y Marcello Mastroianni en la Dolce Vita de Federico Fellini (1960). Siempre hay quien desea imitarla: El pasado miércoles un joven italiano se lanzó desnudo y la cruzó nadando. La policía le impuso 400 euros de multa. La multitud lo aclamó y aplaudió, un himno a una demencia colectiva porque se trató de la enésima agresión a un monumento universal de Roma. Vándalos al margen, la Fontana de Trevi, gracias a su pequeño “tesoro” de 4.000 euros al día, ofrece junto a su belleza única la cultura de la solidaridad.