Fuerzas federales iraquíes en Mosul
Fuerzas federales iraquíes en Mosul - REUTERS

EE.UU. investiga sus bombardeos en Mosul tras el alto número de bajas civiles

El Pentágono analiza más de 700 vídeos de los ataques en los barrios de Al Jadida y Rjam Radid, donde habrían muerto más de 300 residentes

JERUSALEN Actualizado: Guardar
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Las tropas iraquíes se adentran en la Ciudad Vieja de Mosul y cada vez parece más próxima la caída de la capital del califato en Irak. Las fuerzas especiales ya atisban la mezquita Al Nuri, en la que el califa Ibrahim proclamó el califato en el verano de 2015, pero este avance tiene un enorme coste para la población civil, utilizada como escudo humano por los yihadistas y víctima del fuego amigo de los aviones de la coalición. En el primer mes desde el inicio de la ofensiva final, al menos 307 civiles han muerto y otros 273 han resultado heridos, según las cifras ofrecidas por el Alto Comisario de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Husein, quien pidió a la coalición "revisar urgentemente sus tácticas con el fin de garantizar que el impacto sobre los civiles sea reducido al mínimo absoluto".

A diferencia de lo ocurrido en otras ciudades como Ramadi o Faluya, cuando Irak lanzó en octubre la ofensiva sobre Mosul las autoridades no pidieron a la población que dejara sus casas para evitar un desplazamiento masivo de más de un millón de personas. En enero concluyó la operación en el este de la ciudad, un mes más tarde se lanzó la fase final para expulsar al grupo yihadista Daesh del oeste y ahora se combate en una Ciudad vieja en la que permanecen unos 400.000 vecinos, según datos de Naciones Unidas. Amnistía Internacional denunció que las fuerzas bajo mando del Gobierno iraquí han matado en ataques aéreos a "cientos de civiles" que se quedaron en sus hogares siguiendo el consejo de las autoridades, que les pidieron que no intentaran huir. AI recogió el testimonio de varios supervivientes y testigos y subrayó que “el alarmante aumento de las bajas civiles tanto por ataques aéreos de la coalición liderada por Estados Unidos como por los combates terrestres entre las Fuerzas Armadas iraquíes y los milicianos de Estado Islámico en los últimos meses han suscitado graves cuestionamientos sobre la legalidad de estos ataques".

Investigación abierta

La denuncia de AI coincidió con la decisión de Estados Unidos de enviar a un equipo para investigar sobre el terreno la autoría del ataque que tuvo lugar el día 17 contra un edificio del barrio de Al Jadida, donde pudieron morir cerca de 200 personas. El general estadounidense, Mark Milley, aseguró que “es posible que la coalición realizara ese ataque aéreo. No lo sabemos aún” y destacó la importancia de esclarecer si el ataque fue provocado por los milicianos de Daesh.

Los seguidores del califa recurren a la estrategia de “usar a niños, mujeres y hombres para protegerse a sí mismos de los ataques” lo que viola los "estándares más básicos de la dignidad y la moral humana" y “equivale a un crimen de guerra”, denunció Zeid Ra'ad Al Husein. La oficina del Alto Comisario para los Derechos Humanos acusó a los yihadistas de obligar a entrar a los civiles en el edificio de Al Jadida para blindar a sus francotiradores y de colocar bombas trampa para que nadie escapara. Una semana después se repitió un caso parecido en el barrio de Rjam Radid, donde el EI volvió a protegerse entre decenas de civiles en una vivienda.

El jefe de las fuerzas estadounidenses en Oriente Medio, Joseph Votel, calificó de "terrible tragedia" la muerte de civiles y el Pentágono anunció el análisis de más de 700 vídeos para intentar aclarar lo ocurrido en Al Jadida y Rjam Radid. Desde el comienzo de la ofensiva en octubre la fuerte presencia de civiles ha sido una de las mayores preocupaciones para el Gobierno de Bagdad y sus aliados internacionales y algunas voces críticas en el parlamento iraquí ya han pedido la suspensión de la ofensiva hasta que se pueda garantizar la seguridad de los civiles.

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