ENFOQUE

Los pacíficos salvan el cerco chavista

Un millón de personas participó en la jornada de protesta convocada por la oposición en Caracas

Caracas Actualizado: Guardar
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El argumentario chavista anunciaba la histórica marcha de ayer en Caracas como otra maniobra, supuestamente violenta, dentro del golpe de Estado que –dice el acosado Nicolás Maduro– la oposición venezolana y fuerzas extranjeras dirigen contra él. Por eso el Ejército bloqueó los túneles y los accesos a la capital, mientras Maduro amenazaba con quitar la inmunidad a los parlamentarios que participaran en las protestas. Debió resultar una decepción para los chavistas observar que lo de ayer fue al final una marcha pacífica y democrática de una mayoría ciudadana, ampliamente representada en el Parlamento, que desea la caída de Maduro y el final de la miseria que ha traído consigo. A pesar de las amenazas, de las detenciones previas (37, según el Foro Penal) y de que había otra manifestación de los chavistas más recalcitrantes convocada cerca, «Toma Caracas» sobrevivió al cerco y no registró episodios violentos.

No los hubo porque eran las víctimas las que protestaban contra los opresores; y no porque precisamente lo reclamara así en los días previos José Luis Rodríguez Zapatero, al que casi nadie reconoce como un interlocutor imparcial y pocos entienden ya qué pinta allí. El millón de venezolanos que participaron en la marcha de Caracas, según datos de la oposición, reclamaron que el Consejo Nacional Electoral acepte cuanto antes la petición del referéndum revocatorio a Maduro. «Si el CNE no nos da una fecha, el pueblo soberano saldrá a la calle una y otra vez», advirtió el diputado opositor Julio Ygarza. El próximo 7 de septiembre ya hay convocadas nuevas marchas en las sedes del CNE. Si la democracia sigue su curso, lo de ayer podría ser el feliz y multitudinario epílogo a los últimos días de Maduro en el poder.

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