Assad arrasa en unas elecciones calificadas de «farsa» por la oposición

Con este triunfo el dirigente sirio se mantiene como presidente del país desde el año 2000

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Bashar Al Assad seguirá otros siete años como presidente de Siria tras su esperada victoria en unas elecciones en las que se quedó a solo 5 puntos de lograr el cien por cien de los votos . El presidente del Parlamento, Hammud Sabbagha , fue el encargado de anunciar una victoria con el 95,1% de los votos en unos comicios en los que la participación fue de un 76 por ciento y que la oposición calificó de «farsa». Los dos aliados militares del régimen, Irán y Rusia, felicitaron al presidente por la reelección y, según los medios oficiales, miles de personas celebraron los resultados en ciudades como Homs, Latakia, Tartús o Deir Ezzor.

Assad, de 55 años, llegó al poder en 2000 para recoger el testigo de su padre, Hafez , que había permanecido tres décadas al frente de Siria. El presidente agradeció a «todos los sirios su alto patriotismo y su notable participación en este evento nacional» e indicó que ahora «comienza la fase de trabajo». Después de diez años de guerra, medio país está arrasado y los sirios que no han salido del país luchan por sobrevivir en medio de la grave crisis económica y el bloqueo. Nasr al Hariri, presidente de la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria (CNFORS), principal fuerza opositora en el extranjero, denunció que «el pueblo no reconoce esta despreciable farsa. Las acciones del régimen sólo aumentarán la determinación a seguir con la revolución hasta que el criminal Al Assad rinda cuentas por sus crímenes».

Felicitaciones de Rusia e Irán

Las críticas de la oposición y las llamadas a no reconocer los resultados por parte de Occidente recibieron la respuesta de Rusia y el presidente Vladimir Putin para quien «los resultados del voto confirmaron la alta autoridad política y la confianza de los conciudadanos» en Al Assad. Desde Irán coincidieron con el mensaje enviado por Moscú y consideraron la «firme victoria» de su aliado en estas elecciones «una etapa importante en la instauración de la paz».

Las urnas se abrieron en las zonas bajo control del régimen, pero no en provincias como Idlib, en manos de grupos opositores armados islamistas, en las partes del país dominadas por las fuerzas kurdas y las que ocupan las milicias leales a Turquía. Los combates a gran escala han terminado, pero la solución política parece muy lejana como para poder soñar con la estabilidad interna. Estos comicios son un puro trámite formal, como lo fueron en 2014, por el que Assad se mantiene en el poder, pero nada indica que vayan a traer cambios prácticos sobre el terreno.

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