Aisha, de 45 años y seis hijos, una de las candidatas
Aisha, de 45 años y seis hijos, una de las candidatas - esteban villarejo
Oriente Próximo

Omán, el voto seguro por la estabilidad en la Península Arábiga

El Sultanato celebra sus elecciones al Consejo Consultivo, órgano no legislativo, con retos exteriores (Yemen), económicos (bajada del precio del crudo) e interiores (la sucesión del Sultán Qabús)

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El Sultanato de Omán celebró este domingo las elecciones al Consejo Consultivo (Majles al Shura), un órgano asesor del Gobierno cuyos poderes se reforzaron para aplacar las demandas de la Primavera Árabe (2011) y con unas competencias que distan de ser las legislativas de un Parlamento al uso.

Con el desafío de la bajada del precio del petróleo y la inestabilidad regional que supone la guerra en Yemen -en la que Omán no participa-, los 611.906 omaníes registrados para votar (de un total de 3,2 millones de habitantes) confían en que sus nuevos representantes puedan presionar al Gobierno «para mejorar la economía, crear puestos de trabajo y mejorar servicios como la sanidad o la educación», declara a ABC Aisha Juma, una de las votantes que se acercaron al colegio electoral femenino de Bilad Sur, a unos 200 kilómetros al sur de la capital Mascate.

A su llegada a la sala donde se habilita la urna Aisha muestra su identificación, se quita el velo, inserta la tarjeta del documento en un lector digital donde será cotejada su huella. Después hará su elección en una papeleta e introducirá el voto. «Lo hago por compromiso democrático», enfatiza.

En este colegio, una de las candidatas, sin filiación política como todos, nos atiende. Quiere hacer valer los derechos de las mujeres si sale elegida. Algo que tiene difícil ya que en 2011 solo fue elegida una mujer de los 85 asientos del Consejo Consultivo y, como ella misma reconoce, «el 70 por ciento de las mujeres votan por hombres en Omán».

«En este periodo político que estamos viviendo es muy importante que las mujeres participemos del proceso de transformación. Quiero hacer valer demandas como la ampliación de los 45 días actuales a los tres meses del permiso por maternidad o consolidar los derechos que tenemos ya adquiridos», explica Aisha a la entrada del colegio electoral con una queja: «Hacen falta cuotas de mujeres para que se facilite nuestra entrada en la actividad política. Algunos de los votos se compran».

¿Cómo realizó su campaña electoral? «Sobre todo explicando a las mujeres la necesidad de que voten por ellas mismas en grupos de chats en Whatsapp, Facebook u otras redes sociales», explica esta mujer de 45 años, con seis hijos, y manager de un edificio de viviendas gestionado por el Gobierno.

Compra de votos

Durante la jornada electoral tenemos constancia de al menos una detención de un candidato que trataba de comprar los votos, algo de lo que nos informa Ziyad Said nuestro guía del Ministerio de Información del Sultanato de Omán durante el seguimiento de la jornada electoral.

Este país de la Península Arábiga es ejemplo de estabilidad en la región, con unas relaciones históricas sólidas con sus vecinos suníes y el chií Irán. Clave para el paso de los petroleros por el Estrecho de Ormuz, Omán es abierto y tolerante con otras religiones gracias a la impronta del islam ibadí que profesa la población de modo mayoritario.

Otro de sus desafíos venideros es el futuro relevo del Sultán Qabús bin Said quien a sus 75 años, tras casi 45 años en el poder, regresó de Alemania el pasado marzo de un tratamiento de ocho meses por cáncer. Dos sobres firmados por él guardan el nombre del sucesor, una designación que prevalecerá si un Consejo de la familia del Sultán no designa previamente a un sucesor por consenso.

«Tu voto es tu voz», con este lema las autoridades del Sultanato de Omán animaron a su población a acudir a los 107 colegios electorales establecidos por todo el país. Con un grupo de periodistas conversamos con Salam bin Said, el Wali o gobernador de la provincia de Sur.

¿Cómo cambió el movimiento de la Primavera Árabe a Omán?, preguntamos. «Gracias a Alá no nos afectó. Seguimos siendo estables. El Gobierno comprendió la demanda de la mayoría y estableció un plan para fomentar el empleo», explica.

En Omán el conato de aquellas revueltas -menores en comparación con los demás países árabes- acabó con la destitución de 20 de los 30 ministros que conformaban el Gobierno del Sultán Qabús bin Said y con medidas económicas como la subida del salario mínimo, el fomento de ayudas al autoempleo y mejoras en servicios sociales e infraestructuras. También una apertura «democrática», que si bien no puede verse con ojos occidentales como ideal, sí ha evitado la inestabilidad experimentada, algunos con guerras, en otros países árabes. Esa quiere ser la vía omaní.

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