Estado Islámico ataca un puesto fronterizo turco desde Siria

El ejército turco ha participado este jueves por primera vez en un intercambio de disparos contra el Estado Islámico en la provincia de Kilis, después de que cinco militantes yihadistas abriesen fuego contra un puesto fronterizo en Turquía desde el lado sirio de la frontera, matando a un soldado e hiriendo a otros dos. Al menos uno de los atacantes murió en la refriega.

Las fuerzas armadas turcas han respondido bombardeando posiciones del EI en Siria con artillería y tanques. Asimismo, cazas F-16 han despegado del aeródromo militar de Diyarbakir. El incidente ha sido confirmado por el propio ejército en un comunicado.

Se esperaba que el Estado Islámico llevase a cabo algún atentado contra intereses turcos, después de que este mismo mes la policía turca detuviese a decenas de reclutadores y simpatizantes de la organización en diversas redadas en todo el país.

Esta misma semana, un militante perpetró un atentado suicida en la localidad fronteriza de Suruç contra un grupo de activistas turcos, causando más de una treintena de muertos y un centenar de heridos. Sin embargo, el ataque de ayer es el primero dirigido expresamente contra representantes del estado turco.

El ataque se produjo horas después de que el portavoz del gobierno en funciones, Bülent Arinç, anunciase la futura construcción de un muro varios puntos de la porosa, y cada vez más problemática, frontera con Siria. «Tenemos una frontera de 910 kilómetros con Siria. Construiremos una barrera en ciertos tramos conflictivos de ella, alguno de 150 kilómetros, otro de 40, etcétera», indicó Arinç.

«Los detalles técnicos no los puedo explicar ahora. Será una barrera que integre todo tipo de tecnologías. Si no funcionan, serán reemplazadas por otras», ha afirmado el portavoz gubernamental. «Nadie debería dudar de nuestros esfuerzos contra el Estado Islámico, a pesar de que hay una campaña de imagen contra Turquía en marcha», ha asegurado.

Además, dos enmascarados han abierto fuego contra agentes de policía en la ciudad de Diyarbakir, matando a uno de ellos e hiriendo de gravedad a otro. Todavía se desconoce la identidad de los perpetradores, que podrían ser miembros de la guerrilla kurda del PKK, o yihadistas. El ataque se produce apenas un día después de que otros dos policías fuesen asesinados en sus casas en la localidad de Ceylanpinar por el PKK, que los acusó de colaborar con el Estado Islámico.