Papadimoulis, en el Parlamento Europeo
Papadimoulis, en el Parlamento Europeo

Syriza: «El Grexit es el chantaje a los griegos porque votaron contra la austeridad»

Dimitrios Papadimoulis, eurodiputado de la Coalición de Izquierda Radical, explica a ABC cómo ve la encrucijada europea ante la enésima crisis griega

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El veterano eurodiputado, Dimitrios Papadimoulis, vicepresidente del Parlamento Europeo, defiende las tesis de Syriza en la Eurocámara. Su voz refleja la sensibilidad de esa gran parte de la sociedad griega que se siente maltratada. Recibe a ABC en su despacho de la sede del legislativo comunitario en Estrasburgo.

-¿Cómo se siente en su papel de cara visible de Syriza en el Parlamento europeo? Hay quien los acusa de ser el principal problema de la UE.

Ahora represento a un partido del Gobierno. Antes y después de las elecciones en Grecia ha habido mucho interés y publicidad, positiva o negativa, en torno a Syriza. Para algunos, Syriza es una amenaza, para otros es una esperanza. Representamos la izquierda moderna y democrática del siglo XXI.

Estamos en contra de la austeridad, la corrupción, la burocracia y la falta de solidaridad entre europeos. Somos de izquierdas y europeístas. Tsipras fue el candidato de la izquierda europea a presidir la Comisión. Es una inconsciencia decir que somos antieuropeos cuando competíamos por la presidencia.

-Ahora que parece que se acerca un acuerdo sobre el rescate, ¿cuáles serán sus prioridades?

Trabajo a tiempo completo en la Comisión de Economía. Mi prioridad es la economía, la de mi partido, la de mi gobierno y la de mi país. En estos años, el PIB ha reducido un 25%, se ha triplicado el desempleo y se han producido enormes recortes en los salarios y en las pensiones. Eso es lo único que los gobiernos anteriores hicieron en nombre de las reformas. Nuestra prioridad es un sistema fiscal más efectivo y justo. Y reformar el estado, porque tenemos un gran problema con la corrupción y el clientelismo.

-¿Todavía creen en Europa?

Ahora la idea de Europa se ha convertido en impopular, pero nuestra reacción no es escapar de Europa sino intentar cambiarla. Europa es como una bicicleta. Si no avanza, caerá. Hacen falta muchos cambios para reiniciar el proceso de unificación europea, no solo en lo económico o en lo financiero, sino en lo político. Esto está presente en los tratados, pero totalmente ausente en la vida real, como conceptos como la cohesión, la solidaridad, como instrumentos más fuertes de inversión para el crecimiento. Ahora tenemos una Europa a la carta. Es rápida como un conejo cuando se trata de diseñar un paraguas para el sistema bancario y avanza muy lentamente o retrocede cuando se trata de política social o de los pobres. Es importante para la gente que vive en el sur promover ideas positivas sobre cómo debe continuar la construcción europea, porque la austeridad, la recesión, la pobreza, el desempleo, no son solo un gran desastre para el sur, es un peligro para el conjunto de Europa, porque dos tercios de las exportaciones alemanas van al sur. Si el sur colapsa, no hay futuro para Europa.

-Se percibe una brecha creciente entre el norte y el sur.

Hemos de correr, luchar, pero el único camino para resolver esta crisis y salvar Europa es destruir esos estereotipos. Las distancias que provocan crean la base para las ideas extremistas del nacionalismo, planteamientos nacionales egoístas, que nos empujan de nuevo hacia la división. Ese es el verdadero peligro. El Grexit no es el peligro, eso es una falsa alarma, un chantaje a los griegos porque votaron contra la austeridad. El verdadero peligro es el Brexit, David Cameron y la campaña de Marine Le Pen, que asegura que si gana las elecciones también celebrará un referéndum para que Francia abandone la UE. Para encarar el riesgo de salida de grandes países como Francia o Gran Bretaña, los líderes de las instituciones y también la canciller Merkel tienen que ser más abiertos en su manera de afrontar el problema griego. Hay una brecha enorme entre lo que piensan los europeos del norte y los europeos del sur porque tenemos estereotipos y son falsos. Por ejemplo, que los griegos trabajan menos que los alemanes, algo que desmienten los propios datos de Eurostat y eso que no tienen en cuenta la economía sumergida, que es mucho más grande en países como España, Italia o Grecia. Todavía puede lograrse superar esa fractura entre el norte y el sur, pero para lograr algo no basta con esperarlo, hay que luchar por ello. El Gobierno griego lo está haciendo, pero la otra parte también ha de mostrar algo de flexibilidad. Y no se nos olvida que los griegos somos la parte débil de la historia.

-Se dice de su formación política que sus propuestas son irrealizables.

Se nos presenta como extremistas. Es propaganda totalmente falsa y ayuda a la extrema derecha. Equiparar el fascismo con las ideas que defienden una Europa más democrática, más orientada al crecimiento, no es cierto, no es justo y solo ayuda a la extrema derecha. Antes de las elecciones, nuestros oponentes intentaron presentarnos como monstruos, como antieuropeístas. Tsipras es un político de izquierdas, pero es un político pragmático, que lo que trata es de impulsar la cohesión y el crecimiento. Presentarlo como un extremista será lo que más ayude a la extrema derecha. Confundir a Farage o Le Pen con Syriza o Podemos es una muy mala idea. Nosotros no solemos votar con el Frente Nacional. Yo estoy totalmente en contra del fascismo y de la Europa a la carta. Quien sí está cerca es parte del Partido Popular Europeo. Uno de sus integrantes es Viktor Orban, que está a favor de la pena de muerte. Su propaganda sí es cercana a los planteamientos de Marine Le Pen y lejos de los valores tradicionales del centro-derecha europeo.

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