Una nueva y extraña pista desconcierta a los investigadores del caso Nisman

Los peritos detectaron ingresos al ordenador personal del fiscal argentino que ocurrieron varias horas después de su muerte

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Cerca de las 8 de la mañana del domingo 18 de enero, el ordenador personal del fiscal argentino Alberto Nisman se conectó a Internet, revisó tres periódicos y el correo electrónico, y entró a Google para buscar una única palabra: «Psicodelia». Esa misma noche, el doctor Nisman fue hallado muerto de un disparo en la cabeza en el baño de su piso en Buenos Aires.

Pero a esa nueva y extraña pista en el caso se suma otra que desconcierta aún más a los investigadores. Los peritos informáticos que trabajan en la causa detectaron varios ingresos a la PC del fiscal realizados a las 20:07 horas de aquel domingo, cuando todos los forenses coinciden en que Nisman ya estaba muerto y dos horas antes de que su madre encontrara el cuerpo.

El hallazgo podría provocar un vuelco en la investigación judicial, hasta ahora centrada en la hipótesis del suicidio.

Según reveló el diario argentino «La Nación», en base a fuentes judiciales, quien ingresó al ordenador de Nisman luego de su muerte provocó una alteración en los documentos y dejó un «desorden» anormal. Además, sospechan que se borró información.

Las informaciones publicadas por la prensa argentina fueron confirmadas por la fiscal Viviana Fein, que encabeza la investigación. «Lo que hay que revisar técnicamente es si existió el ingreso y ese registro horario es el real o pudo haber sido manipulado. Tenemos que saber cómo se puede llegar a manipular el registro horario. Se está trabajando sobre ese tema», dijo Fein.

En este momento, los peritos informáticos trabajan para dilucidar si el ingreso posterior a la muerte de Nisman fue «in situ», es decir, en el mismo piso donde el fiscal ya se hallaba muerto; si fue una entrada remota mediante tecnología para hackear la PC; o si el horario del ingreso fue adulterado y en realidad corresponde a otro momento. En cualquier caso, la nueva evidencia parece marcar un antes y un después en la investigación. La fiscal adelantó que las pericias informáticas para determinar qué ocurrió demorarán al menos un mes.

Nisman murió unos pocos días después de haber imputado a la presidenta argentina, Cristina Kirchner, y otros funcionarios de su Gobierno por un supuesto «plan criminal» para encubrir a los dirigentes y exdirigentes políticos iraníes acusados por el atentado a la mutual judía AMIA, que en 1994 se cobró la vida de 85 personas en Buenos Aires.

Según la tesis de Nisman, el Gobierno argentino habría negociado impunidad con Teherán a cambio de privilegios en el intercambio comercial. Sin embargo, la denuncia del fiscal fue desestimada en varias instancias judiciales ya que se consideró que no había suficiente materia probatoria para tamaña acusación. Al día siguiente de su muerte, Nisman debía comparecer ante el Parlamento para brindar detalles de su denuncia.

La fiscal Fein siempre ha trabajado más cerca de la hipótesis del suicidio, mientras que la querella, representada por la exesposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, insiste en la teoría del asesinato. El caso es en extremo complejo ya que abarca a influyentes personajes del submundo del espionaje, ligados a Nisman y enfrentados al Gobierno de Kirchner; e incluye sospechas sobre manejos turbios financieros por parte del fiscal.

Lo cierto es que, a más de cuatro meses de su muerte, no hay ninguna certeza sobre las circunstancias que la rodearon, y las nuevas y extrañas pistas sobre su ordenador personal arrojan aún más dudas.

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