El pasado comunista de Passos Coelho

El primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, tuvo un pasado comunista. Lo acaba de contar un compañero de juventud, testigo en su día de cómo le fascinaba el histórico líder izquierdista Álvaro Cunhal.

El amigo, llamado Paulo Rui, recuerda que le llegó a decir en los 70: «¿No me digas que tratas de tú a Cunhal, aunque no es de nuestra edad?». Sólo 13 años tenía el hoy líder del conservador PSD.

Pero él tenía que ocultarlo, pues sabía que a su padre no le haría ninguna gracia. De hecho, sufrió sus presiones y tuvo que abandonar semejante militancia.

Antes de salir del partido, Paulo Rui se lo llevó al congreso de la Unión de Estudiantes Comunistas (UEC).

De esta forma y sin ser consciente, presenció un acontecimiento histórico aquel mes de enero de 1978: la unificación de la sección juvenil ligada al Partido Comunista y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Una cita multitudinaria, con el poso de la izquierda lusa, larvada durante la dictadura de Salazar.

Eran los años anteriores a las noches de fado, a su pasión por la ópera, a sus pinitos como barítono. Pero el transcurso del tiempo lo ha visto mutar en un político que transmite una imagen serena, reclamo elegido por la población para dar el relevo al hoy encarcelado José Sócrates.

¿Y qué les decía a sus padres (socialdemócratas los dos) durante sus escarceos comunistas? Pues que se iba a trabajar a la vendimia, cuando en realidad caía rendido a los pies del carisma de Álvaro Cunhal.