Miembros de las fuerzas de seguridad chinas hacen guardia en el centro de Pekín
Miembros de las fuerzas de seguridad chinas hacen guardia en el centro de Pekín - AFP

El régimen comunista chino intensificará su control sobre los tribunales

El Pleno del Comité Central del partido único endurecerá la lucha contra la corrupción local, pero sin reformar el modelo político

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Bajo una espesa nube de contaminación, empezó en Pekín el Cuarto Pleno del Partido Comunista Chino, que reúne a su Comité Central. Con el hermetismo habitual del régimen, sus 205 miembros, más los 170 de reserva, se congregan hasta el jueves en un hotel de la capital para fijar las políticas que promulgará en marzo la Asamblea Nacional Popular, el Parlamento orgánico del país.

Controlados por la propaganda, los medios oficiales han anunciado a bombo y platillo que dicho Pleno profundizará en el Estado de Derecho y reformará el sistema judicial para dotarlo de mayor independencia, pero siempre bajo el control de este régimen de partido único. Como si se tratara de la «neo-lengua» inventada por Orwell en «1984», en realidad esos conceptos tienen en China un significado muy distinto al que se les da en Occidente.

A tenor de los expertos, esta mayor independencia judicial significará que los juzgados no estarán controlados por las autoridades locales, sino directamente por el Gobierno central a través del Tribunal Supremo. De esta manera se pretenden evitar los abusos que, hasta ahora, venían cometiendo los gobiernos locales en connivencia con los jueces, pero éstos seguirán estando sometidos al autoritario régimen de Pekín.

Poder absoluto

A tenor del «Diario del Pueblo», altavoz del Partido Comunista, otro de los asuntos a tratar es la lucha contra la corrupción y, probablemente, la creación de un nuevo organismo que tampoco dependerá de los gobiernos locales, sino de la Comisión Disciplinaria Central. Dicho órgano del Partido está por encima de los jueces y tiene poder absoluto para investigar a los funcionarios y cuadros acusados de corrupción, que pueden pasarse meses interrogados e incluso torturados para confesar sus delitos hasta que finalmente son encausados ante los tribunales.

Dentro de la campaña anti-corrupción lanzada por el presidente Xi Jinping desde que subió al poder en marzo del año pasado, el Pleno podría aprobar el procesamiento del anterior responsable de Seguridad, Zhou Yongkang. Para destacados disidentes como Hu Jia, su caída en desgracia no es más que una muestra de la lucha de poder desatada en el régimen por su nueva cúpula.

Ver los comentarios