Pocholo: «Siempre pongo el mismo nombre a mis perros»
El aristócrata vive en un camión desde el que escribe su biografía
José María Martínez-Bordiú , XVIII barón de Gotor, más conocido como Pocholo , nació en Madrid, el 2 de octubre de 1962. Aristócrata, economista, empresario hostelero, estudió marketing y finanzas en Suiza y en Estados Unidos. Ha trabajado como pinchadiscos en la discoteca Pachá en Ibiza y en Madrid. En 2003, concursó en los programas de telerrealidad ‘Hotel Glam’ de Telecinco y ‘Aventura en África’, de Antena 3. Colaborador puntual de ‘Crónicas Marcianas’, ‘Latrelevisión’ y ‘Planeta Finito’. Estrenó sus propios espacios en 2006-2007 en La Sexta, protagonizados por él mismo y ambientados en Ibiza. En la actualidad vende ‘pochilas’ y escribe un libro.
Vive en Ibiza muy bien acompañado por sus perros Awa, Qual y Yackie. Parecen muy felices, ¿lo son?
Sí. Awa y Qual tienen siete años y son hermanos. El padre era un pastor alemán y la madre, shar pei. El pequeño Yackie se lo dejó un inquilino que tuve. Adoptó dos y cuando se marchó, me lo dejó a mí. Es recogido de una perrera.
Awa y Qual, ¿también son adoptados?
Su historia es muy curiosa. Los tuve a través de mi amigo Marcos. Me regaló una perrita, Awa, que fue atropellada en Salinas. Lo pasé fatal. Después de muchas gestiones, localicé de otra camada a Awa y a Qual y me los traje a vivir conmigo.
¿Siempre pone el mismo nombre a sus perros?
Sí, son nombres que me gustan mucho.
Awa y Qual, ¿han sido sus primeras mascotas?
No. Recuerdo que cuando era pequeño mi madre tenía a Clotilde, Bassó y Roviralta, que eran afganos y yorkshire. Yo siempre he tenido labradores.
Espero que no se pongan celosos Awa y Yackie porque nuestro protagonista en esta ocasión será Qual. ¿Qué tal carácter tiene?
Vive conmigo en el camión. Es muy sociable y estamos muy sincronizados. Si yo como, él come, se levanta a la misma hora que yo... Somos uña y carne, una pareja. Con los de su especie también se lleva muy bien, es muy amoroso.
Pero Qual ha tenido una mala experiencia con los de su especie…
Sí. Hace tiempo fui al programa de Cuatro «Ven a cenar conmigo Gourmet Edition», con Carmen Lomana y Miriam Saavedra, qué insufrible. Además de Canales Rivera. Desde el espacio, me alquilaron una casa en Segovia para simular que era la mía. Me llevé de Ibiza a mi perro y todos mis enseres.... Pero antes pasé por Valencia y fui a casa de una amiga. Ella tenía un perro y cuando se encontraron le atacó y casi le destroza. Fue terrible. Lloré muchísimo al verle cómo estaba. Ahora ya está bien.
¿Qué ha tenido la fama de positivo para usted?
Llevo más de treinta años trabajando en televisión. Caigo bien al público, en general, y me quieren. Es uno de los mayores placeres que puedes recibir al trabajar en los medios. Son cosas que te llegan al alma.
¿Por qué cree que cae tan bien a la gente?
Les gusto porque no miento, me muestro tal como soy. Son valores que tengo inculcados y que han influido en mi personalidad y mi forma de ser.
¿Cuál es la parte negativa de la fama?
Hay que tener mucho cuidado con lo que se hace y no se hace. Y sobre todo ahora, con las redes sociales...
Vive en un camión, ¿se siente más libre?
Me siento igual de libre, siempre he sido libre de espíritu. Tengo un Pegaso que tiene detrás un vagón de mercancías y, en la parte de arriba, se pone música....
¿Cuántos proyectos tiene en marcha en estos momentos?
Vendo unas pochilas maravillosas, con una calidad extrema. Las puedes ver en mi página web. Y unos helados de fruta, exquisitos, la marca se llama Lolos y yo los llamo Pochololo se venden por las Islas Baleares. Además, estoy escribiendo un libro sobre mi vida… Desde la familia hasta los amigos, los desamores, el trabajo, la televisión... Se titula «La calle para correr» y es la primera vez que lo cuento públicamente.
¿Sigue ligado al Grupo Pachá?
Soy embajador de la marca y trabajo de relaciones públicas en Formentera, Ibiza...
