El misterio de la edad de Rocío Jurado

Rocío Carrasco descubre en la docuserie ‘En el nombre de Rocío’ los secretos de su madre

El motivo por el que Rocío Jurado eligió a Ana Iglesias como albacea

Antonio Albert

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«Hay algunas cosas que se conocen de mí. No todo, pero que no se conozca también lo hago aposta. No quiero ponerlo todo encima del tablero. Yo soy una artista, me entrego en mis actuaciones, soy muy abierta para el público, pero luego hay una ‘partecita’ que es muy mía y se queda para mí. Una vez me dijo un amigo que yo valía más por lo que callaba que por lo que hablaba. Yo no sé si será para tanto, pero lo que yo me callo es porque pienso que me lo tengo que callar». Con esta declaración de principios de Rocío Jurado se despedía el episodio 0 de ‘En el nombre de Rocío’, la docuserie de Tele 5 estrenada en la plataforma MiTele. Rocío Carrasco no valía nada cuando no hablaba, pero ahora que habla todo lo que dice tiene un valor que trasciende lo económico, es muy consciente de ello, se le nota, al tiempo que sus palabras provocan no ya un efecto mariposa sino un auténtico tsunami en una familia que vive, literalmente, de hablar de su madre, de ella y de los turbios lazos que les unen. Ahora Rocío Carrasco forma parte de esa rueda que echa a andar, en el capítulo 1, con unos versos de Alberti en la voz de Luis del Olmo: «Tú eres el sueño del alba, la sábana de la aurora, desnuda a la madrugada. Canta, Rocío del mar, rocío primero de la mañana…» Un poema hermoso: “Ella tenía devoción por determinadas personas. Una es Luis. Y que Rafael Alberti le dedicara un poema para ella fue un sueño», apunta Rocío Carrasco emocionada. Así comienza una entrega que lleva a los espectadores a la Chipiona de los años 40, cuando supuestamente nació ‘La más grande’…

Y si decimos ‘supuestamente’ es porque una de las cosas que no se conocen de Rocío Jurado resulta ser uno de los datos básicos de toda biografía: la fecha de nacimiento. Su hija se presenta en el sofá de la docuserie con distintos documentos, y ninguno coincide: según la partida de nacimiento, nació en 1943; en una inscripción de nacimiento aparece el 46; en un pasaporte figura el año 1948 y en otro, el más generoso, retrasa su nacimiento hasta 1950. «Yo creo que ella nació realmente en el 43», revela una divertida Rocío: “Pero esto es arte, tener varios documentos con fechas diferentes es maravilloso». Lo más maravilloso es que uno de ellos está claramente corregido con un bolígrafo rojo.

La otra Rocío Jurado, la prima de la artista, explica la causa de semejante embrollo y desvela el misterio: «Cuando ella se va a Madrid, para poder actuar en los tablaos tenía que ser mayor de 16 años, para la emancipación, y ella era menor, tenía unos catorce. Entonces una amiga de mi madre, la tita María , que trabajaba de secretaria en el juzgado, le cambió la fecha y le puso dos años más. Yo creo que ella nació en el 45». Lo curioso del relato de la prima es que, según ella, lo hicieron para hacerle mayor, pero si vemos el orden de las fechas, la verdad es que Rocío se iba quitando años. Hasta siete, que se dice pronto. «Como ella era tan presumida, la cosa se quedó así». Y así sigue la cosa hoy, sin saberse en qué año nació Rocío Jurado. Pero da igual, los mitos no tienen edad.

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