Un 24% de los alumnos van a clase sin haber dormido el tiempo recomendado para su edad

Según los expertos, «la infancia se encuentra en una situación crónica de déficit de sueño y de jet lag escolar. Es un problema de salud pública que deja huella en el desarrollo de los menores»

Los expertos apuntan que la infancia tiene una situación crónica de déficit de sueño y de jet lag escolar

S.F.

Según datos de un estudio realizado en la Comunidad Valenciana y cuyos resultados podrían ser extensibles al resto del territorio español, se estima que casi uno de cada cuatro niños en edad escolar van a clase habiendo dormido menos horas de las recomendadas para su edad. « La infancia se encuentra en una situación crónica de déficit de sueño y de jet lag escolar . Es un problema de salud pública que deja huella en el desarrollo de los menores», sostiene el doctor Gonzalo Pin, pediatra y vocal de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES) .

Explica el pediatra que el sueño forma parte de una relación bio-psico-social y ambiental y que en el caso de los niños existen dos factores que influyen sobre manera en ese déficit de sueño . Por un lado, los horarios escolares y extraescolares, que condicionan en gran medida el desarrollo del día a día de los niños. «Muchos están sometidos a una gran sobrecarga horaria y llegan hacer jornadas de más de 40 horas semanales», señala Pin.

Por otro lado, el horario de prime time de muchos programas televisivos, que arranca a horas (22:30-23:00) en las que los menores ya deberían estar dormidos. «Y el problema no es solo el tiempo de sueño que les quita, sino también el mensaje que se les traslada. Cuando tú colocas un prime time dedicado a niños a las 23:00 horas de la noche estás transmitiendo un mensaje social de que el sueño no es importante, de que siempre hay mejores cosas que hacer», denuncia el experto en medicina del sueño.

Principales trastornos

Dejando de lado el insomnio por falta de hábitos saludables de sueño, el vocal de FESMES indica que los principales trastornos del sueño en la infancia serían el ronquido habitual, que afecta a un 10% de los menores (y que en un 2% de los casos es síntoma del síndrome de apnea obstructiva del sueño) y el síndrome de piernas inquietas, que dificulta el inicio del sueño a un 2% de la población infantil. Sin embargo, añade Gonzalo Pin, uno de los grandes problemas que cada vez están viendo más en consulta son los trastornos del ritmo circadiano, derivados de la incompatibilidad de los ritmos sociales con los ritmos biológicos de los menores. «Cada vez vemos a más niños que tienen un retraso del inicio de la secreción nocturna de melatonina o, por el contrario, un inicio precoz de esta secreción», asegura.

«Las alteraciones del ritmo circadiano “dejan huella” en los menores de cara al futuro: Sabemos que muchos de los problemas de origen metabólico (diabetes, hipertensión, etc.) que se diagnostican en la edad adulta empiezan a gestarse en la infancia»

Impacto en el rendimiento escolar y en la salud

Explica el doctor Gonzalo Pin que, al cumplir dos años, un niño debería haber pasado 13 de sus 24 meses de vida durmiendo. Al llegar a la adolescencia, por su parte, el 50% de su vida debería haber sido sueño. «La naturaleza no desperdicia nada. Si le dedica tanto tiempo al sueño, es porque es absolutamente necesario. Por algo el sueño, junto a la nutrición y el ejercicio físico, es uno de los tres pilares de una vida saludable », argumenta el vocal de FESMES, que añade que el descanso «es fundamental para el desarrollo neurocognitivo del niño» y que el déficit crónico del mismo o las alteraciones del ritmo circadiano “dejan huella” en los menores de cara al futuro: Sabemos que muchos de los problemas de origen metabólico (diabetes, hipertensión, etc.) que se diagnostican en la edad adulta empiezan a gestarse en la infancia».

Además de en la salud, la falta de sueño también tiene un impacto directo sobre el rendimiento escolar. «Están íntimamente ligados», apunta Pin, que señala que el déficit de sueño condiciona la capacidad de aprendizaje tanto durante el día como durante la noche: «Con menos horas de sueño el porcentaje de sueño REM también es menor, y esta es la fase del sueño en la que el niño va a fijar la memoria, a consolidar todo lo aprendido durante el día. Además, durante la vigilia, un déficit crónico de sueño dificulta que el niño mantenga la atención de forma continuada», concluye el pediatra.

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