Y tú, ¿qué tipo de padre eres cuando ves jugar a tu hijo?

Mantener la calma desde la grada, a veces puede resultar una tarea difícil

Nieves Mira

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Ser padre no es fácil. Apoyar a los hijos en sus actividades, velar por su rendimiento académico, ayudarlos a ser la mejor persona posible, cuidarlos para mantenerlos con la mejor salud.... Es un trabajo intenso y constante que demanda una atención plena. Fruto de esa intensidad tan elevada, a veces llegan las extralimitaciones, y quizá sin darse cuenta, algunos progenitores presionan a los más pequeños hasta un punto que puede llegar a ser incluso perjudicial para ellos.

Cuando los hijos practican una actividad física extraescolar en la que los padres pueden estar presentes en la grada es cuando llegan las presiones. Surgen los nervios: todos quieren que su hijo marque el próximo gol, que el árbitro le pite la falta a su favor o que el equipo contrario deje, por ejemplo, de perder tiempo. El psicólogo deportivo Ángel Sanz define cuatro tipos de padres según su comportamiento en la grada.

Los cuatro tipos

El primer tipo de ellos es el de « la pesadilla del árbitro ». Este padre (o madre) cuestiona todas y cada una de las decisiones del juez de campo, se las reprocha y le reprende todo el rato. Resulta molesto para el resto de padres presentes porque es incapaz de contener sus opiniones. Tiene un pensamiento recurrente: cualquier persona presente arbitraría mejor el partido que él. Un ejemplo reciente ocurrió el pasado mes de febrero en un partido entre el CD San Pedro Mártir y el CD Calero en Gran Canaria, en el grupo 2 de la categoría benjamín preferente. Un hombre saltó al campo y, puño en alto, corrió hasta el árbitro y solo pudo ser reducido por un guardia de seguridad.

El segundo tipo de padres es el « entrenador en la banda ». A diferencia del anterior tipo, este cuestiona todas las decisiones que toma el entrenador de su hijo. Al explicar este tipo de «espectador», Sanz se refiere a un encuentro al que acudió recientemente para ver jugar a su hijo contra un equipo femenino. La entrenadora en este caso había pedido a sus jugadores que bajaran el nivel cuando ya habían marcado suficientes goles de ventaja a las chicas, y entonces un jugador metió, en sus propias palabras «un buen gol» de falta directa. En ese momento, la entrenadora lo sentó en el banquillo y le reprochó su decisión, pero el abuelo, presente en la grada, lo felicitó por aquel gol, sin comprender entonces el chico si lo había hecho bien o mal. En este punto, Sanz pide dejar hacer su trabajo a cada entrenador, que sea él quien guíe a nuestros hijos.

Junto a estos dos, se encuentra un tercer tipo que bien puede ser la mezcla de los anteriores. Se trata del « francotirador ». Este tipo de padre »dispara« contra todo: las decisiones del árbitro, las del entrenador, las del equipo contrario, las de los propios compañeros.... Por lo general su tono tampoco es amable y necesita verbalizar todo lo que se le pasa por la cabeza. Un ejemplo de la pasada temporada lo protagonizaron los padres del AJ Lérez y la EFB Moañesa. Su discusión comenzó tras la negativa de una madre a sentarse para permitir que el público que estaba sentado pudiese ver el encuentro, y acabó con una lamentable pelea a cabezazos que los críos, de unos siete años de edad, apenas podían creer.

Por último, se encuentra el « cheerleader » motivado. Este tipo de padre (o madre) es muy divertido, porque celebra cada pequeña acción que protagoniza su hijo en el campo, ya sea un buen remate o un balón perdido. Puede ser una pesadilla para los padres que están a su alrededor, pero lo bueno es que no se mete ni provoca trifulcas.

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