Coronavirus
¿Pero por qué no puedo llevar a mi hijo al parque? El dilema que no cesa en muchas familias
«No tiene sentido cerrarlos porque se trata de un entorno de muy bajo riesgo de transmisión», asegura el presidente de la Asociación Madrileña de Salud Pública
«Se trata de una medida que responde a criterios espurios que nada tienen que ver con la salud pública pero que perjudican seriamente los derechos de niñas y niños», afirma el sociólogo Iván Rodríguez Pascual
El juego es un derecho de los menores reconocido en la Convención sobre los Derechos del Niño . Sin embargo, desde hace meses se está produciendo un cierre constante de numerosos parques infantiles en distintas ciudades españolas. Las familias no se quedan impasibles. Según María Menéndez , presidenta de la Asociación de Familias Numerosas de Madrid, « los niños necesitan ir a los parques sobre todo ahora que ni siquiera muchos de ellos van a extraescolares deportivas . Además, no tiene sentido que puedan estar bajo un mismo techo con sus compañeros de colegio y no acudir a áreas infantiles al aire libre. Los padres siempre estamos muy vigilantes de los hijos cuando acudimos a los parques y, en esta época Covid, mucho más para que no compartan cosas con otros niños, no chupen juguetes...».
Pero el goteo de cierres no cesa: el Ayuntamiento de Burgos , ciudad recientemente confinada , optó por cerrar los 176 parques infantiles con los que cuenta en septiembre. Lo mismo hicieron los municipios madrileños de Alcorcón (a finales de agosto), Arroyomolinos (septiembre) o Galapagar (septiembre), por nombrar a algunos. Siguen esta amplia lista Granada (octubre), Pamplona , (octubre), Linares (Jaén, octubre) o Ciudad Real .
Las voces de sanitarios y de la sociedad científica no quieren mantenerse silenciosas. « No tiene sentido cerrar los parques porque se trata de un entorno de muy bajo riesgo de transmisión », asegura a este diario Miguel Ángel Royo Bordonada, presidente de la Asociación Madrileña de Salud Pública. «El riesgo de transmisión -continua- es un continuo que depende principalmente de cinco factores: actividad (mayor riesgo al hablar, cantar y toser), lugar (mayor riesgo en entornos cerrados), distancia (mayor riesgo a menor distancia entre personas), duración (mayor riesgo a mayor tiempo de contacto o interacción entre personas) y ocupación (mayor riesgo cuantas más personas en el mismo espacio). Por tanto, pasear o jugar en un parque es muy seguro si prestamos atención a estas recomendaciones».
La química y divulgadora científica Deborah García Bello insiste también en la necesidad de tomar decisiones en base a la evidencia científica. «La transmisión del virus es más probable en espacios cerrados y poco ventilados. También sabemos que los niños no son supercontagiadores», recuerda la experta en una publicación e Instagram , que califica de «error» el cierre de dichos espacios y solicita «más ciencia» a la hora de tomar decisiones .
Hace meses que las familias protestan contra una medida que consideran injusta teniendo en cuenta la evidencia científica. Y muchos menos entienden el hecho de no poder estar en dichos espacios al aire libre pero sí en centros comerciales, bares o restaurantes.
En Cataluña , sin embargo, no han clausurado dichas zonas, donde las últimas medidas tomadas recientemente por el ejecutivo para frenar la expansión del coronavirus no contemplan el cierre de las áreas infantiles: mientras que sí se ordenaba la clausura de bares y restaurantes, los parques y jardines de titularidad pública, así como las áreas de juego infantiles siguen abiertas hasta las 20:00 horas, tal y como dicta la orden emitida por el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña ( DOGC ).
«Creo que ya está bastante claro que el cierre de los parques infantiles responde a criterios espurios que nada tienen que ver con la salud pública pero que perjudican seriamente los derechos de niñas y niños , particularmente restringiendo el uso de uno de los pocos espacios urbanos que parecen diseñados para ellos», opina Iván Rodríguez Pascual , profesor del departamento de Sociología de la Universidad de Huelva y uno de los autores « Infancia confinada », estudio realizado para conocer las preocupaciones y vivencias en confinamiento de niños y adolescentes. En el mismo se evidenció cómo la disponibilidad de un patio o terraza durante el encierro fue un lujo que hizo más llevadera la situación confinamiento de los menores. Por ello, defiende la necesidad de la apertura de dichos espacios públicos: no solo contribuyen en el bienestar de la infancia, sino también del conjunto de la sociedad, especialmente entre las familias más vulnerables .
Decisiones políticas
«En Cataluña, las autoridades quizás están empezando a comprender esto, que empezamos a necesitar criterios coherentes con cuidar la salud y que la dicotomía salud-economía es una falacia . Los parques son sitios espaciosos al aire libre y mucho más saludables que los bares, lo que no quita que son un importante sector económico que hay que proteger, pero por la vía de ayudas y prestaciones, no poniendo en peligro nuestra salud», dice Rodríguez.
Quienes defienden cerrarlos, esgrimen el argumento de «frenar la propagación del virus». Sin embargo, ni siquiera el Ministerio de Sanidad contempla el cierre de parques infantiles: aunque en un principio, el borrador del acuerdo entre Sanidad y las comunidades autónomas contemplaba la suspensión de la actividad en estos espacios, Illa reculó en el último momento ante la evidencia científica actual, dejando la decisión en manos de cada región.
Fuera de España, en cambio, sí hay gobiernos que han optado por la otra vía: mientras que el canadiense los ha mantenido abiertos y dado recomendaciones a la población sobre cómo estar más seguros en los parques, en EE.UU. , también se elaboraron consejos a corto y largo plazo para mantener estos espacios abiertos .
«Si lo que se pretende es evitar comportamientos de riesgo, como reuniones de jóvenes sin medidas de prevención adecuadas, sería mejor aplicar intervenciones de prevención y promoción de la salud en los lugares y horarios en los que estas actividades puedan producirse, idealmente por agentes comunitarios de salud jóvenes», explica Royo. «Las intervenciones por pares -recuerda- suelen funcionar y tienen la ventaja de que los que las reciben pueden extenderlas a otros entornos y actuar como amplificadores de las mismas».
Ante esta situación, son numerosas las iniciativas que exigen la apertura de las áreas infantiles . En la p lataforma Change.org se recogen otras tantas para acabar con esta práctica que, además de no estar justificada desde el punto de vista científico, atenta contra los derechos de la infancia , cuyo derecho al juego se recoge en la Convención sobre los derechos del Niño .
La infancia, una gran olvidada
En este sentido, el Rodríguez recuerda que «el problema es que en nuestra escala de prioridades, las necesidades y derechos de los niños están muy al final, lo que ha explicado imágenes grotescas como las de ver abiertos bares y discotecas y cerrados esos equipamientos». Así, la actual situación epidemiológica del país, con más de un millón de infectados , está muy relacionado con el hecho de que « la desescalada y la nueva normalidad se han gestionado más con criterios económicos y/o electoralistas que con argumentos científicos y de salud pública. Y los niños han sido claras víctimas de este proceder », asegura el sociólogo, a la vez que lamenta el trato a la infancia durante la desescalada, algo que los expertos en infancia llevan tiempo denunciando.
« No se ha aprendido nada y la mejor prueba ha sido la vuelta al cole », recuerda el docente, que denuncia que a día de hoy una parte de la sociedad sigue desconfiando de los niños después de que en marzo se les etiquetara de «vectores de transmisión», algo que es falso. «No creo que los derechos de la infancia hayan ganado muchos puntos en la agenda de los políticos. Y lo mismo puede decirse de los adolescentes : se ha recalcado mucho el riesgo de los botellones, las discos, los contactos con amigos y, últimamente, el caso de las residencias universitarias. Pero la realidad es que la inmensa mayoría de los brotes registrados por Sanidad hasta la fecha tienen otros orígenes. Pero es lo que tienen los estereotipos: se repiten tanto que acaban sustituyendo a la realidad objetiva», lamenta Rodríguez.
Abrir los parques infantiles, opinan ambos expertos, es clave por varias razones . « Sirven para el esparcimiento y la práctica de actividad física , fundamentales para mantener una buena salud física y psicológica a todas las edades, y en particular para niños y mayores -apunta el presidente de la Asociación Madrileña de Salud Publica-. Además, su apertura fomenta la equidad, al reducir las desigualdades sociales en el acceso a espacios al aire libre . Las clases desfavorecidas socioeconómicamente son las que más sufren estos cierres, porque son las que más lo necesitan, ya que tienen menos acceso a alternativas de ocio al aire libre y padecen mayores índices de sedentarismo, obesidad, hacinamiento y aislamiento social». No hay que olvidar que la salud de los más pequeños se ve influenciada, además, porque este año las actividades extraescolares están prácticamente suspendidas.
Y en caso de que estén abiertos, no es necesaria su desinfección porque aunque «la vía de transmisión por fómites es posible, parece tener poco peso en la transmisión comunitaria del virus, por lo que no es una medida necesaria», añade el experto, que recuerda que «tampoco resulta práctica, ya que habría que estar desinfectando continuamente, sin contar con el impacto medioambiental de este tipo de intervención», recuerda Royo, que insiste en las medidas de prevención que ya conocemos de sobra: «lavado de manos, etiqueta respiratoria, evitar aglomeraciones y distancia o mascarilla cuando la distancia no se pueda mantener por cualquier razón».
Noticias relacionadas
