Diálogos de familia

«Las familias podemos gritar y chantajear o intentar educar empatizando»

Entrevista con María Ángeles Jové y Andrea Zambrano, autoras de 'El valor de cuidar' y fundadoras de la organización 'Educar es emocionar'

Un momento de la entrevista con María Ángeles Jové y Andrea Zambrano, autoras de 'El valor de cuidar'
Carlota Fominaya

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María Ángeles Jové y Andrea Zambrano aprovecharon los aciagos días del confinamiento de marzo para escribir al alimón 'El Valor de Cuidar' , un libro que nos invita a reflexionar sobre las violencias invisibles en la infancia . Ambas expertas son, además, fundadoras de la organización 'Educar es emocionar ', cuyo objetivo es trabajar por la educación emocional de los menores.

Hablar de violencia en la infancia resulta muy, muy duro.

-María Ángeles Jové (De ahora en adelante MAJ): Suena duro, por eso quizás lo primero que tendríamos que discernir es qué es qué es violencia o qué nos daña y qué no a la infancia, o a nosotros, a todos. Porque todos enseguida identificamos lo que es violencia, identificamos lo que es una violencia expresa, manifiesta…

-Andrea Zambrano (De ahora en adelante AZ): O física.

-MAJ: Pero hay otras muchas cosas que son violencia, y que son invisibles porque las tenemos muy normalizadas o muy integradas. Los niños son muy vulnerables. El ser humano cuando nace es muy dependiente y vulnerable y es muy fácil herir a la infancia.

-AZ: Es que partimos de la base de que como son muy vulnerables, tienen muchas necesidades. El ser humano, por ser humano, tiene muchas necesidades, somos muy vulnerables todos, lo que pasa es que los niños mucho más porque dependen de los adultos para satisfacer sus necesidades. ¿Qué hiere a la infancia? El no tener en cuenta, no saber reconocer, no saber responder o cuidar de las necesidades de cada niño. que por ser niños ya tienen unas determinadas necesidades pero luego cada niño tienen sus propias necesidades según su individualidad y su personalidad.

Pero por concretar, ¿hablamos de insultos, castigos, amenazas, ausencias, miradas...? ¿De qué hablamos cuándo hablamos de violencia invisible hacia los niños? ¿Qué es lo que agrede a la infancia?.

-MAJ: Pues por ejemplo, cualquier manipulación, hacer sentir a un niño culpa, pues por ejemplo para conseguir algo que yo necesito o quiero que haga, hacerle sentir vergüenza, humillarle…

-AZ: juzgarle, la ausencia de límites, o el exceso, y para mi también hay una creencia que es una violencia invisible, que es creer que los niños tienen que obedecer. Esa obediencia es una jerarquía mal entendida, porque sometiendo a los deseos y necesidades del adulto las necesidades del niño. Eso es invisibilizar al niño y eso ya es una violencia en sí misma. El sistema educativo actual se basa mucho en esa creencia, y eso ya en sí mismo es una violencia invisible. Habría que cambiar esa creencia que explicamos en el libro. Salir del paradigma Ganar-Perder , el yo como adulto soy el que mando y tú te sometes, al Ganar-Ganar , en el sentido de que mis necesidades son importantes como adulto, y las de los niños también. los adultos tenemos más experiencia, los adultos decidimos sobre los niños, y hay una jerarquía, pero bien entendida, teniendo en cuenta que las necesidades de los niños son igual de importantes.

Ustedes afirman que si se somete al niño a este tipo de 'violencia' se puede provocar un daño indeleble, que dure toda la vida.

-MAJ: En realidad no es tanto el daño que se le puede infligir al niño, sino el cómo ha vivido ese daño, el cómo, cuánto de solo ha estado ese niño viviendo ese daño. Si no ha tenido un adulto empático que le ha cuidado, le haya dado una explicación, le haya acompañado, le haya podido… eso es lo que realmente le haya podido hacer daño.

-AZ: Porque hay daños que no se pueden evitar. La vida en sí misma te pone y va a poner al niño en situaciones que le van a provocar unas emociones. Y eso está bien, eso es la vida. Hay que prepararlos para eso. No estamos diciendo que haya que sobreproteger. Por ejemplo, ante una separación de los padres, una situación con un niño de la clase… esto que viven nuestros hijos a diario. ¿Cuál es la forma de cuidar? Acompañándolos en lo que sienten.

¿Validar sus emociones?

-AZ: Exacto. Estando presentes también.

-MAJ: es que una forma de violencia invisible, por ejemplo, es no legitimar sus emociones, sus necesidades, invisibilizadas. Decirle a un niño que no puede sentir lo que está sintiendo. Es confundirlo. Es decirle que su realidad interior no es lo que es.

-AZ: Eso es una violencia como una casa. que el niño dejará de confiar en sí mismo. qué es lo más importante, lo más preciado que tenemos.

Hundiendo su autoestima.

-AZ: Claro, la violencia es violencia porque daña, destruye tu autoestima en vez de ponerla en valor. por eso tiene valor cuidar, porque también te da valor a ti mismo.

.MAJ. El juicio es una de las principales violencias que podemos hacer a nuestros hijos.

-AZ: La exigencia, el castigo y la recompensa…

¿Por qué diríais que este desbordamiento emocional de los padres contra los hijos sucede hoy en día?

-MAJ: Porque nos han dicho que estas violencias entre comillas las hacemos por su propio bien, entonces claro como el fin está justificado, porque en el fondo lo hacemos por su propio bien, lo hacemos convencidos de que está bien hacerlo.

-AZ: Exacto, es decir, yo quiero que mi hijo haga los deberes, el cómo consiga eso, no importa porque lo que importa es el resultado Y ahí es donde está el punto ciego, porque la violencia no está tanto en el qué, sino en el cómo conseguimos eso.

-MAJ: Ese es el problema, el cómo hacemos eso y no nos damos cuenta. No importa si nos cargamos la relación, eso es lo triste. Porque yo puedo por ejemplo conseguir que arregle la habitación, se lo puedo exigir, se lo puedo pedir a gritos, puedo manipular, hacerle chantaje emocional , lo puedo hacer pidiéndole jugando, puedo hacerlo empatizando, acompañando, con humor, con creatividad…lo puedo hacer de muchas maneras, y lo podré conseguir o no, y a lo mejor lo consigo pero me he cargado la relación

-AZ: Entonces, ¿de qué sirve? Si es lo único que tenemos.

-MAJ: ¿Para qué?

-AZ: Y que influimos en las personas por cómo les hacemos sentir, influimos en nuestros hijos por cómo estamos conectados con él. Luego de adolescentes ellos empezarán su vida con sus iguales y diremos, ostras no tengo forma de acceder. Claro, porque no hemos cuidado la relación.

-MAJ: Es que la adolescencia empieza en la infancia.

-AZ: La relación es lo primero, ese es nuestro mantra. cuida la relación y en consecuencia tendrás resultados.

Y esto pasa por hacer también un buen vínculo desde que son pequeños.

-MAJ: Es que si no hay conexión, no tienes nada.

Si ese vínculo no se ha hecho correctamente, ¿cómo podemos volver a empatizar con el niño? Si tomamos conciencia primero, de que no estamos en el camino correcto cuál sería el siguiente paso?

-MAJ: Pues con mucha compasión.

Porque lo habitual es sentir culpa,

-MAJ: . Con mucha compasión hacia ti. Ese es el primer paso porque la culpa no ayuda. No sirve para nada, y es una violencia hacia uno mismo. Y nosotros aquí hablamos de violencias hacia los niños, hacia nosotros, cosas que queremos desterrar, pero también de violencias hacia nosotros mismos. Ojo que esas tampoco las queremos. Hemos de cuidarnos. Estamos hablando del autocuidado. Para empezar vamos a tener un poco de compasión hacia nosotros mismos y cuidar de nuestras necesidades. ¿Qué necesito?

¿Todo empieza ahí, en ese cambio de perspectiva?

-AZ: Todo empieza en uno mismo. Si soy violenta conmigo misma, voy a acabar siendo violenta con los demás. Primero voy a cuidar de mí y de mis necesidades, y luego voy a poner el foco, para poder tener un buen vínculo, en nuestro método AEIOU explicamos cómo escuchar a tu hijo, cómo saber reconocer qué está sintiendo, que está necesitando, poder responder a esto, conocer quién es tu hijo, aceptar quien es tu hijo, confiar en él. Todo esto, reconocer lo que sí hay en tu hijo, en vez de poner el foco en lo que no hace, no tiene… Son muchas cosas pero básicamente sería reconocer su mundo emocional y saber qué necesita y cómo acompañarle en lo que siente. Eso básicamente sería la raíz .

¿Por qué 'saltan' los padres? Ustedes apuntan a que cuando el niño no es como ellos quieren lo traducen en un mal comportamiento.

-MAJ: Claro, es que muchas veces ¿qué es mal comportamiento en realidad? ¿Cuando no te lo ponen fácil, cuando no hacen lo que tú esperas, te molestan…? En realidad muchas veces son malas decisiones por inmadurez, porque también son imperfectos como nosotros. ¿Cuántas veces tenemos rabietas? Tenemos rabietas porque en el fondo hemos tenido un mal día en el trabajo, y lo paga tu hijo. A ver a veces nos comportamos como niños.

-AZ: O porque tienen una necesidad motriz. Los niños tienen una necesidad motriz mucho más alta que los adultos. incluso dependiendo del niño, a lo mejor tiene una necesidad 9 de moverse, y le estamos diciendo que esté quieto un montón de horas y ellos no pueden. Si son fieles a su naturaleza, que de eso se trata, le estas pidiendo algo que va en contra de sí mismos. Ahí empieza la violencia. No estamos diciendo que hagan lo que quieran. Estamos diciendo que hay que aprender a aceptar y reconocer y validar las necesidades de los niños para que de alguna forma si sea funcional.

-MAJ: Pero vas a ser capaz de redirigir la conducta de una manera más respetuosa con el niño, con la naturaleza del niño si eres compasivo y sabes ver su necesidad. Tú estás viendo, vale, me está fastidiando pero porque no se está quieto. Pero como yo veo que realmente es muy motriz y lleva mucho rato sin poderse mover voy a ser compasivo con eso y me es mucho más fácil corregirla que no si me centro en el que no se está quieta y me está fastidiando a mi, a lo que yo deseo. Es mucho más fácil. Claro, si yo por ejemplo pienso si mi hijo está todo el rato contestándome, se está rebelando, me es mucho más fácil corregir si pienso que es espontáneo, a que es un contestón.

-AZ: Por ejemplo, ver qué hay detrás. Muchas veces cuando mi hijo hace esto es que es un contestón y tengo que ver qué hay detrás. se siente mal y su forma de expresarlo es como sabe, como puede, porque son inmaduros. Un niño de 7 años te expresa su enfado como puede pero si tu sabes identificar qué hay detrás vas a poder validar, y se va a sentir acompañado y atendido por ti y eso refuerza la relación y el vínculo.

-MAJ: ¿Esto quiere decir que lo vayas a poder hacer siempre? No. Y vas a meter la pata muchas veces. y no pasa nada. Te sale ese punto agresivo que hemos de aceptar que está ahí. La rabia, lo que te está diciendo es que estás desconectada también tú de tu mundo interior. Tienes que escucharte, a ver qué está pasando. Porque las emociones son chivatos de que tus emociones no están cubiertas.

Qué importante esto y que además somos un espejo para nuestros hijos. que ellos aprenden de nosotros y van a reflejar nuestras emociones. A veces perdemos el foco y nos olvidamos de que necesitan de nuestro cerebro porque el suyo es inmaduro.

-MAJ: Claro.

-AZ: Eso no saben regularse de entrada cuando son niños. Es como si les prestamos nuestro cerebro para que aprendan a autorregular sus emociones. Necesitan que nosotros estemos en calma, tranquilidad. eso es lo que más nos cuesta a veces porque los adultos tenemos nuestras necesidades cubiertas a veces. Pero claro, nosotros somos responsables de sus necesidades. No son los niños los que tienen que satisfacer las nuestras. Al revés, somos nosotros los adultos con recursos que tenemos que satisfacer las necesidades de los niños.

-MAJ: De hecho es lo que diferencia la inmadurez de la madurez de los adultos es esto no? Nosotros hemos de cubrir nuestras necesidades, los niños no. Los niños han venido a recibir, nosotros les hemos de dar. Y les hemos de enseñar poco a poco a que vayan cubriendo sus necesidades. Pero cuántos adultos todavía están haciendo chantaje en relaciones tóxicas, para que otros cubren sus necesidades.

Digamos que si esto no se hace bien en la infancia tiene consecuencias en sus relaciones de adultos.

-AZ: Es que la relación es el tipo de apego, que es el que luego se va a reproducir de adulto, se crea en la infancia. Y es seguro, o no seguro, funcional o no funcional, en función de cuánto han satisfecho tus necesidades tus adultos de referencia.

Cambiar ese paradigma de relación con nuestros hijos tiene efectos muy positivos. ¿Cómo tratarlos con cariño y con respeto tiene un efecto boomerang?

-AZ: Exacto, con cariño y con respeto, que también, cuidando de la relación y cuidando de sus necesidades. Esa es para mí la diferencia entre una relación violenta y una no violenta. Una relación violenta es aquella que va en contra de tus necesidades, que te daña. Muchas veces en nombre de tu propio bien, que es algo que se ha normalizado mucho en la educación. Decir que te castigo por tu propio bien es algo que luego…

-MAJ: Es una creencia muy arraigada.

-AZ: Y que impide a veces que tu veas la violencia como es por mi propio bien, pero es dañino igual, porque va en contra de ti mismo, te afecta a tu autoestima. En cambio, este paradigma del cuidar implica relacionarse desde el Ganar-Ganar. El paradigma de la violencia es el Ganar-Perder , el tú o yo. O se hace lo que yo digo o lo que tú dices. El yo tengo razón y tú no . El paradigma del Ganar-Ganar, que es el del cuidar, es cuando todos tenemos espacio, cuando las necesidades de todos pueden armonizarse, cuando mi necesidad y la tuya son compatibles. Porque tenemos la creencia de que siempre existe una forma de Ganar-Ganar. Lo que pasa es que tenemos que poner el foco ahí, tenemos que ver cuándo o cómo es posible ese Ganar-Ganar, porque si buscamos, siempre es posible, lo que pasa es que no estamos acostumbrados en el Ganar-Ganar y en automáticamente nos vamos al ganar-perder y a la lucha de poder. En esa lucha de poder hay violencia. Tenemos que ir al «es posible siempre cuidar de las necesidades de todos». Y ser todos tenidos en cuenta.

-MAJ: A lo mejor no en el mismo momento, pero siempre se puede cubrir todas las necesidades.

¿Cuál sería el consejo o la recomendación que les darías a nuestros oyentes? ¿Cómo aplicarlo en el día a día desde la sencillez?

-AZ: Que no subestimen los pequeños detalles, que cuando hay que cambiar un paradigma que está tan integrado es un proceso largo, que nosotras también nos equivocamos, mucho, que esto no va de culpa, si no de conciencia. Hemos escrito este libro para reconocer estas violencias en nosotros, y en los demás, para dejar de ser víctimas de esas violencias y para poder responder de otra manera y eso es un camino que hay que recorrer con tranquilidad y mucha compasión y empatía. Entonces lo que yo diría primero es coge el libro o vete a Google busca qué necesidades humanas tenemos y empieza a reconocer cuáles tienes tú. Y luego aprende a escuchar cuáles tiene tu hijo. Y con eso creo que ya es mucho. Porque ese es el valor de cuidar cuidar significa reconciliarnos con nuestra parte vulnerable, pero la parte vulnerable es la que nos hace humanos, la que nos hace vincularnos. Tengamos el valor o el coraje de reconocernos como seres humanos con necesidades y empecemos a cuidar de ellas, de las nuestras y de las de nuestros hijos. Esto así como consejo general, pero que empieza todo con pequeños gestos, con parar 5 minutos al día a escuchar a tu hijo, a acompañarle en lo que siente, a validar… a mirarle a los ojos. Aceptar quien es tu hijo, dejar de juzgar para saber quién es y acompañarle en lo que sí es y lo que está vivo en él .

-MAJ: Yo me quedaría para ser más breve con que basta con ser suficientemente un buen padre o una buena madre, y para eso se consigue con ser un padre o una madre tranquilo. El mejor regalo que podemos dar a nuestros hijos es el regalo de la calma . A veces aportar calma, el no hacer, no añadir, a veces es mucho.

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