«Nuestro gran reto es ayudar a mi hijo a superar el abandono que ha sufrido»

A Eva no le faltan halagos cuando describe a su hijo Rui, el pequeño de la familia, que está a punto de cumplir 2 años. Es un niño adoptado en China a través de la vía del «Pasaje verde». «Tiene piedras en el riñón derecho», explica su madre. «Debemos tener cuidado de que esa piedra no se mueva. Y, si lo hace, estar alerta. Entonces los profesionales sanitarios decidirán cuál es el tratamiento más adecuado». En el expediente de Rui también aparecían piedras en el riñón izquierdo. Afortunadamente, han desaparecido.

Dice Eva que Rui es un superviviente, «un niño muy despierto y avispado» matiza, y lo muestra con gestos día tras día, como cuando se esconde entre sus piernas huyendo de las travesuras del hermano mayor.

Porque Rui es afortunado además por tener dos hermanos más: Eva (11 años), «su segunda mamá", y Amós (9), que ejerce como el verdadero hermano mayor. Toda la familia se ha implicado al cien por cien en conseguir que Rui se sienta como uno más y en hacerle la vida más llevadera. «Es una de las aventuras más apasionantes que hemos hecho en familia —cuenta Eva—. Los niños han sido partícipes del proceso desde el primer momento, incluso viajaron con nosotros a China para recoger a Rui. De hecho, su hermana Eva fue la primera que le abrazó, y después Amós».

Pero hasta ese momento no han faltado preocupaciones, dudas... sobre un futuro que si cabe puede ser más incierto en estos procesos. «Puedes seleccionar unas enfermedades que crees que vas a poder gestionar si el pequeño se pone enfermo y en qué grado. Pero luego los niños pueden traer cualquier cosa».

«Lo primero es prepararse porque no te puedes lanzar a esta aventura sin ser consciente de todo lo que va detrás. El momento más duro de todo el proceso es tener que sentarte con tu pareja para ir definiendo lo que puedes hacer y lo que no. Y seleccionar con la cabeza muy fría qué enfermedades puedes gestionar y cuáles no. Para eso consultamos con especialistas, cardiólogos, cirujanos maxilofaciales, nefrólogos, urólogos... queríamos conocer los protocolos para cada una de las dolencias y así saber hasta qué grado de implicación podíamos llegar».

Pero, en realidad, el gran reto para Eva y esta familia no es sólo curar los riñones de este pequeño. Su gran esperanza es que Rui pueda superar el abandono que sufrió en una etapa tan temprana de su vida. «La necesidad especial de estos niños es el abandono que han tenido. El "Pasaje verde" es importante tenerlo en cuenta, pero nuestro gran reto es ayudar y acompañar a nuestro hijo a reconocer y superar el abandono que tuvo», dice su madre.