La viuda de Luciano Pavarotti vuelve a pasar por el altar

Nicoletta Mantovani , de 50 años, ha vuelto a pasar por el altar tras la muerte del tenor Luciano Pavarotti en 2007 como consecuencia de un cáncer de páncreas. El enlace con el financiero italiano Alberto Tinarelli tuvo lugar este pasado fin de semana en una iglesia de Bolonia ante la presencia de cerca de 150 invitados.

Los recién casados se conocieron hace tan solo unos meses. Fue gracias a una amiga en común, la escritora Grazia Verasani , que les presentó. Al poco tiempo, la viuda del tenor anunció a la revista italiana «Chi» su enlace. «No tenemos ninguna razón para casarnos más allá de un deseo loco de hacerlo. Decidimos hacerlo por la Iglesia, porque para mí, como creyente, era importante declarar nuestro amor ante el Señor», contaba Mantovani.

Lo suyo fue amor a primera vista : «Alberto me hace revivir una gran alegría. El nuestro es un amor profundo, una verdadera magia», aseguraba a la citada publicación. Para la gran ocasión, Nicoletta Mantovani eligió un vestido bastante más sencillo que el escogido para su boda con Pavarotti: un diseño de pedrería azulado y manga larga muy elegante con una gran lazada en la cintura. Por su parte, el novio se decantó por un traje de chaqueta oscuro con corbata de color plata y camisa blanca.

Pese al gran amor que siente por su reciente marido, Mantovani aún sigue recordando al tenor: «Pavarotti seguirá siendo una persona importante en mi vida siempre y continuaré conservando su memoria, como se merece un gran artista como él. Pero como Luciano siempre me recordaba, la vida hay que vivirla en cada momento al máximo, siempre tratando de tener una sonrisa».

Nicoletta Mantovani fue la segunda mujer de Pavarotti. Los años que les separaban, 34 en concreto, nunca fueron un impedimento para la pareja pese a los rumores de que ella solo quería su dinero. Fruto de su amor nació la cuarta hija del cantante, Alice. Previamente Pavarotti tuvo tres de su anterior matrimonio con Adua Veroni . Cuatro años después de darse el «sí, quiero» en Módena, el tenor dejaba este mundo.