Syliane Stella con su hijo Fabrizio (a la derecha) y uno de sus cuñados
Syliane Stella con su hijo Fabrizio (a la derecha) y uno de sus cuñados - UTI

Los tres amores a los que Syliane de Vilallonga dijo adiós

Estuvo casada con el magnate Michel Pastor y con el escritor José Luis de Vilallonga. Hace una semana fallecía en Mallorca Jorge Bascones, su tercer marido

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Syliane Stella se encontraba en Mónaco, el pasado 21 de abril, en compañía de su hijo Fabrizio Pastor cuando recibió una llamada que le rompió por dentro y le hizo tomar apresuradamente un jet privado para volar a Mallorca. Al otro lado del auricular, la señora de servicio de su casa de Port de Andratx le informaba de que Jorge Bascones, su tercer marido, había sufrido una caída por las escaleras de la residencia, a consecuencia de la cual había fallecido. «Jorge era un hombre fantástico, la verdad es que ahora mismo no puedo decir mucho más de él. Ha sido un accidente tonto en casa y me da mucha rabia. Qué mala suerte», contaba la propia Syliane a este periódico con la voz entrecortada, al día siguiente del funeral de quien ha sido su compañero desde hacía cerca de dos décadas.

Hasta la parroquia de Port de Andratx se desplazaron grandes amigos del matrimonio para dar su último adiós al pintor mallorquín, entre ellos la hermana de Rosario Nadal, Ana; el abogado Jaime Colomar; Nicole Blancherie o Cecil y Marianne Sandberg.

Syliane y Bascones se casaron en 2005. Doce años han pasado desde aquel discreto «sí, quiero», que le llevó a instalarse definitivamente en la isla balear. Ahora ha perdido al tercer hombre de su vida y, según su entorno, «está destrozada». Jorge no es el primer cónyuge del que Syliane se despide.

Cuando solo tenía 23 años, contrajo matrimonio con Michel Pastor, la cuarta fortuna de Europa, íntimo amigo de Rainiero de Mónaco y padre de Fabrizio, el único hijo de Syliane. Se conocieron en Montecarlo, donde ella (nacida en Argel, de padre italiano y madre francesa) se había instalado con su familia. «Nos conocíamos desde pequeños. Íbamos al colegio juntos. A los 12 años me dijo: ‘‘Vas a ser mi novia y me voy a casar contigo’’», recordaba en una entrevista. En 1968 sellaban su amor y, poco después, nacía Fabrizio.

Lo más fascinante en la vida de Syliane es su destreza para romper moldes. Por aquel entonces, se movía en un círculo cerrado y tradicional, donde todos se conocían y las habladurías eran habituales. En Mónaco, lo que no era propiedad del Príncipe Rainiero, pertenecía a Michel Pastor. A Syliane no le faltaba (ni le faltaría) nunca de nada. Sin embargo, a principios de la década de los 70 y cuando su hijo tenía 2 años, ella conoció a José Luis de Vilallonga, aristócrata y biógrafo del Rey Juan Carlos. Comenzó así un proceso de divorcio muy duro, donde contó con el apoyo de la Princesa Gracia. «Éramos muy amigas, me defendió mucho porque fue un divorcio muy sonado. Normalmente, las mujeres que se casan con hombres tan ricos casi nunca les dejan. Pero yo elegí mi libertad», reflexionó Syliane a «Panorama la verdad». Con el tiempo y la ayuda de Fabrizio, la relación entre Syliane y Michel mejoró. Incluso ella y José Luis llegaron a compartir almuerzos con Pastor cuando pasaban por Montercarlo. Aún así, siempre se ha dicho que él -la mayor fortuna de Mónaco, acostumbrado a comprar todo lo que quería-, no superó que Syliane se marchara y siempre pensó que volvería. La libertad del gran amor de su vida fue lo único que nunca pudo pagar con dinero.

Con Vilallonga pasó 21 años fascinantes. Viajaban por todo el mundo y vivieron en París y Nueva York. En 1993, el aristócrata publicó «El Rey. Conversaciones con don Juan Carlos I de Borbón», lo que llevó a Syliane a codearse con la flor y nata madrileña. Fue modelo, decoradora y dirigió la revista «Vogue» en sus inicios en España. Incluso realizó un cameo para «Patrimonio Nacional», de Luis García Berlanga. Todo terminó cuando se cruzó con Jorge Bascones, un artista mallorquín al que considera el amor de su vida.

Despedidas

«Ahora no tengo un duro pero soy feliz», apuntó en 2003, dos años antes de darle el «sí, quiero» a Bascones. Los que le conocieron cuentan que era «un hombre muy carismático, cercano y atractivo», que se «enamoró perdidamente de ella». Vilallonga murió en 2007, cinco años después de su divorcio con Begoña Aranguren (también estuvo casado, entre 1945 y 1972, con Essylt-Priscilla Scott-Ellis). Sus últimos años los pasó en Mallorca, donde Syliane le buscó una casa de alquiler cercana a la suya. El escritor y el pintor se llevaban muy bien, por eso Syliane y Jorge acompañaron a Vilallonga hasta el final de sus días. No ocurrió lo mismo con Michel Pastor, que falleció en 2014 y al que Syliane prefirió recordar con vida.

Ver los comentarios