Antes de que fuera el Flanigan, era el antiguo Bar del Puerto
Antes de que fuera el Flanigan, era el antiguo Bar del Puerto - ABC

Así es el restaurante Flanigan, donde cenó la Familia Real

Situado en Puerto Portals, ha sido punto de encuentro de todo tipo de personalidades

Palma de Mallorca Actualizado: Guardar
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Todos los espacios y rincones tienen siempre su intrahistoria, un relato cotidiano en el que se combinan las ilusiones, los sueños y el trabajo de muchas personas a lo largo del tiempo. Así ocurre por ejemplo en Mallorca con Puerto Portals, que este año cumple su 30 aniversario, y también con su emblemático restaurante Flanigan, que se puso en marcha en 1987.

En las tres últimas décadas, el Flanigan ha aparecido con frecuencia en las crónicas sociales, al ser un establecimiento frecuentado en verano por la Familia Real, en especial por Don Juan Carlos. El pasado domingo volvió a ser de nuevo así. El local ha sido y es un habitual punto de encuentro de reconocidos empresarios, personalidades de la alta sociedad o figuras relevantes de diferentes ámbitos, procedentes del mundo entero.

Para conocer algunas de las claves del prolongado éxito de este restaurante -ubicado en el municipio de Calviá-, una buena pista puede ser visitar su página web, en la que el propietario del Flanigan, Miguel Arias, narra la parte más relevante de esa intrahistoria. Así descubrimos que el impulsor de Puerto Portals, el doctor Klaus Graf, le propuso a Arias reconvertir por completo el antiguo Bar del Puerto, que poco después pasaría a llamarse Flanigan.

Arias conocía ya entonces varios puertos deportivos, tanto dentro como fuera de España, y una de las cosas que más le llamó la atención era que no era fácil que sus visitantes pudieran encontrar sitios donde fuera posible desayunar, almorzar o cenar. «Vi que ahí había un hueco importante y así es como se crea el producto Flanigan», explica Arias a ABC.

Miguel Arias, propietario del restaurante Flanigan
Miguel Arias, propietario del restaurante Flanigan - ABC

«Es tradición venir el domingo por la mañana a tomar el desayuno a Flanigan con los periódicos, tomando un buen café, un buen zumo y unos huevos con beicon», señala, recalcando que la cocina del local abre desde las doce del mediodía hasta media noche. «El planteamiento de Flanigan es que la gente venga a divertirse», resume. Y añade: «Si la gente come bien, repite». Algo que puede suceder cualquiera de los 365 días del año, ya que el local no toma vacaciones.

El vídeo explicativo de la web fue editado hace pocos años, como homenaje a todas las personas que en algún momento han formado parte de la gran familia del Flanigan. Así lo confirma el propio Arias, también propietario del restaurante Aspen de Madrid.

Clientes extranjeros

Arias recuerda que años atrás la mayoría de clientes del Flanigan eran de nacionalidad española, ahora la proporción se ha invertido. «En la actualidad, un 80 por ciento de clientes son extranjeros y un 20 por ciento son españoles», indica Arias. Unos y otros saben bien que en este establecimiento pueden disfrutar por igual de arroces, carnes o pescados a precios nada desorbitados: una paella para dos personas cuesta 25 euros y los platos oscilan entre los 6 y los 39 euros el más caro. «Uno puede tomar en nuestro local desde una croqueta hasta un Pétrus», afirma.

Aunque «los dos platos más populares son el gazpacho y la tarta de manzana». En ese sentido, Arias recuerda que han venido clientes desde Mónaco o Estados Unidos sólo para probar el mítico gazpacho. En cuanto a la tarta de manzana, explica que la receta originaria es de un hijo de inmigrantes que un día decidieron iniciar una nueva vida en la localidad francesa de Burdeos. Otra muestra más, y quizás también de la más emotivas, de esa especial y bella intrahistoria del Flanigan.