Delphine, la herencia de los años de vida loca de Alberto y Paola de los Belgas

La ahora reconocida como Princesa belga, nació cuando su padre y la esposa de este eran dos estrellas de la jet europea

Alberto y Paola en 1963 Fotos: CORDON PRESS Y REUTERS

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La noticia saltó en octubre de 1999, con la aparición de una biografía no autorizada de la Reina Paola de los Belgas (83 años), en la que se revelaba cautelosamente que Alberto II (86) habría tenido una hija ilegítima a finales de la década de 1960, cuando ambos disfrutaban de los jolgorios más a la moda de lo que entonces se conocía como la jet-set europea. De hecho, los padres del Rey Felipe (60 años), actual monarca de Bélgica, no siempre aparecían juntos en las portadas de las revistas del corazón. Nadie, ni en Bélgica ni en la Costa Azul francesa o en la Riviera italiana, ignoraba que los dos jóvenes príncipes estaban gozando de la vida que les permitía su condición, con la tranquilidad de no tener obligaciones.

Alberto y Paola parecían vivir de espaldas a su destino, mientras que en Bruselas, el Rey Balduino , hermano y cuñado respectivamente, había asumido el Trono y todo hacía pensar que le sucederían los hijos que la Reina Fabiola debía haberle dado.

Los Reyes, en 2019

De la dolce vita al Trono

Muchas veces se habló de una posible separación, hasta que aquella vida loca de la pareja se terminó a principios de los años 80, con una reconciliación que, a pesar de todo, les convirtió en un matrimonio sólido y unido, que ha durado hasta nuestros días. Pero ese reencuentro tenía un precio, que es lo que se desvelaba en el libro titulado «Paola, de la dolce vita a Reina» con una frase sutil, pero nada inocente, que se refería al hecho de que todos los monarcas belgas, a excepción de Balduino, habían tenido hijos extraconyugales: «Las esposas de los tres Leopoldos y de Alberto I -decía el texto- se resignaron a asumir a los hijos ilegítimos de sus maridos, pero Paola se ha negado rotundamente a aceptar a la medio hermana de sus hijos ».

El autor de este libro era un desconocido adolescente flamenco de 18 años, llamado Mario Danneels , que siempre ha rechazado las acusaciones de haber sido el instrumento de una oscura mano que quería dañar a la Monarquía belga o la reputación de Alberto II, sino que insiste -hoy ya convertido en periodista instalado en EE.UU.- en que no hizo más que difundir los rumores que ya circulaban.

La Justicia belga acaba de dar la razón a Delphine (izq.), a la que ha reconocido como hija de Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha, con derecho a utilizar el título de Princesa de Bélgica, con todas las consecuencias

Delphine Boël , ahora reconocida como princesa de los Belgas , nació el 22 de febrero de 1968. En aquella época, efectivamente, Alberto II mantenía una relación con su madre, la baronesa Sybille de Selys-Longchamps , casada a su vez con multimillonario industrial belga Jacques Boël, que le daría su apellido a la niña. Alberto visitaba y hacía regalos a la hija, cuya existencia no ha ignorado nunca. Aunque hablaron de ello, el entonces príncipe sin futuro institucional no llegó a dar el paso de separarse de Paola, algo que hubiera representado un escándalo monumental en el país y un disgusto enorme para su hermano, el Rey Balduino. Simplemente se limitaba a seguir con esa doble -o triple- vida mientras todos mantenían las apariencias.

Sin embargo, con los años las cosas cambiaron radicalmente. Cuando Delphine tenía 10 años, su madre se divorció de Jacques Boël . Entonces también la vida estaba a punto de cambiar para Alberto y Paola, aunque en dirección contraria, gracias a la influencia de Astrid, la segunda hija de la pareja, y de ciertos consejeros espirituales. Se acabaron las fiestas y los saraos, y mucho menos por separado. Ambos decidieron partir de cero hacia un nuevo futuro juntos, en el que no había lugar para la pequeña Delphine. Así es cómo Alberto dejó de ver a su hija ilegítima y a la madre de esta, que se casó con un aristócrata inglés. Con el tiempo, la falta de descendencia de su hermano le convirtió inesperadamente en Rey de los Belgas y Paola estuvo a su lado durante los 20 años de brillante reinado. En el momento de la abdicación, el tierno gesto de la Reina arreglándole la corbata, demostró hasta qué punto se aman a pesar de todo.

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