El Rey Don Juan Carlos y su familia con
El Rey Don Juan Carlos y su familia con - restaurante akelarre

El Rey Don Juan Carlos inculca a sus nietos su pasión por la gastronomía

Durante su estancia en San Sebastián, visitaron grandes referentes de la cocina vasca como Arzak o Akelarre

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Las aficiones del Rey Don Juan Carlos nunca han sido un secreto de estado. Una de ellas es la buena mesa, otra, los toros. Y si ambas se conjugan en un emplazamiento como San Sebastián el plan perfecto está más que garantizado.

Acompañado de su hija, la Infanta Elena, y sus nietos, Felipe y Victoria, el Rey viajó al País Vasco a mediados de semana para apoyar el regreso de la fiesta taurina a San Sebastián. Buen conocedor del talento culinario de la zona, aprovechó la escapada para hacer partícipes a sus nietos de su pasión gastronómica y deleitar sus jóvenes paladares con algunas especialidades de la cocina vasca. El miércoles acudieron a Arzak, uno de los templos de la alta cocina donostiarra, reconocido con tres estrellas Michelin.

Tras ser recibidos por el propio Juan Mari, el Rey y su familia tomaron asiento en una mesa reservada en la cocina para invitados especiales. Degustaron una copiosa cena a «base de marmitako, cocochas y chipirones de anzuelo. Todo regado con un vino Rioja», según relata el propio Juan Mari, a ABC. De postre, tomaron unos pequeños helados para facilitar la digestión.

El chef vasco y Don Juan Carlos, que guardan una buena amistad desde hace mucho tiempo, disfrutaron de una distendida conversación en la que por supuesto no faltaron los temas culinarios ni los taurinos. «Yo también soy un gran aficionado a los toros y al día siguiente estuve presente en Illumbe en la corrida», comenta Juan Mari al otro lado del teléfono. Durante la velada, el chef y su hija Elena Arzak se fotografiaron con Don Juan Carlos y Doña Elena en la cocina de su restaurante.

La mañana del jueves hicieron algunas compras y prosiguieron con su ruta gastronómica. Antes de acudir a la plaza de toros, almorzaron en el restaurante de Pedro Subijana, Akelarre, ubicado en la espalda del monte Igueldo con espectaculares vistas al mar Cantábrico y también reconocido con tres estrellas Michelin. La familia ocupó una mesa en una zona reservada con vistas al mar para estar más tranquilos. Comenzaron con unos aperitivos a base de sardinas al vapor de parrilla y chipirones de anzuelo a la sal de Añana. Como plato principal el Rey tomó ventresca de bonito con jugo de piparras y pimiento rojo, y de postre, un melocotón.

Mientras Felipe y Victoria se dejaban seducir por los placeres de la alta cocina, a pocos kilómetros de allí los hijos de Doña Cristina e Iñaki Urdangarín disfrutaban de unos días de sol y playa en Bidart, al sur de Francia. Tras pasar una semana en Mallorca, donde realizaron un curso de vela en la escuela de Cala Nova, Juan, Pablo, Miguel e Irene Urdangarín se reencontraron con sus padres en esta localidad, entre Biarritz y San Juan de Luz, convertido en el refugio estival de los Urdangarín desde que saltara el escándalo del Caso Nóos.

Escala en Estambul

Menos detalles se conocen de los planes que ocupan a los Reyes Don Felipez y Doña Letizia y sus hijas durante la segunda parte de su descanso estival. Tras unos días en el Palacio de Marivent, ya disfrutan de sus vacaciones privadas, donde buscan el anonimato y la tranquilidad.

Aunque siempre se concibe como un viaje secreto, lejos de los objetivos de los paparazzis, las cámaras del aeropuerto internacional de Estambul captaron a la Reina y sus hijas el pasado domingo. Así al menos lo asegura una agencia turca de noticias que difundió un vídeo de muy baja calidad en la que se aprecian unas figuras desembarcando de un avión de Turkish Airlines cerca de la medianoche, y que aseguran corresponden a la Reina y sus hijas. Ese mismo día, hacia las 18:30 horas, habrían abandonado Estambul rumbo a su destino definitivo. Éste podría ser Tarento, al sur de Italia, situada a 100 kilómetros al sur de Bari, enlazada por dos horas de vuelo directo desde el aeropuerto turco.

En cualquier caso, no existe ningún documento gráfico que revele con certeza su paradero y es que por algo se trata de unas vacaciones privadas