El edificio que tendría que albergar el nuevoh otel de Enrique Solís en Barcelona
El edificio que tendría que albergar el nuevoh otel de Enrique Solís en Barcelona - abc

El nuevo hotel de Enrique Solís en Barcelona queda en suspenso

Las medidas de Ada Colau obligan al noble a parar la apertura de una sucursal de su cadena

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La decisión de la alcaldesa de Barcelona Ada Colau de paralizar la concesión de licencias durante un año como paso previo a la elaboración de un plan especial de regulación de alojamientos turísticos afecta, y de lleno, al aristócrata Enrique Solís, empresario y socio de la cadena de hoteles One Shot. El hijo de Carmen Tello ya gestiona dos hoteles en Madrid, un tercero en Valencia y un cuarto que abrirá en Sevilla. Desde hace algo menos de dos años el gran proyecto de esta cadena era abrir un nuevo hotel en Barcelona para lo cual se arrendó un edificio singular del siglo XIX situado en la calle Aragó con Paseo de Gracia. Tras llegar a un acuerdo con los propietarios se contrató un estudio de arquitectura y aparejadores a fin de realizar todo el plan de obra y licencias.

El primer paso fue contar con el visto bueno de patrimonio, ya que se trata de un edifico de protección, y conseguir la licencia del plan de urbanismo. «Sólo nos quedaba pendiente el permiso de bomberos pero teníamos todos los requisitos que sabemos solicitan para que nos lo dieran», adelanta Solís a ABC.

La idea era inaugurar antes de que acabe el año y por eso ya estaba todo en marcha. La inversión con el estudio de arquitectura, el acuerdo con los propietarios para el arrendamiento que tienen contratado por veinte años, la decoración que se iba a realizar, el proceso de selección de personal… «Cuando empezamos a leer en prensa que Ada Colau iba a paralizar todas las licencias a los hoteles nos asustamos un poco y decidimos parar el proceso por precaución porque no queríamos seguir invirtiendo y eso que ya estábamos en la recta final. Al ver que nadie aclaraba la situación solicitamos una reunión de nuestros técnicos con el Ayuntamiento y hace una semana nos llegó el comunicado diciendo que esta propiedad de la calle Aragó, al igual que otros 27 proyectos más, se encuentran afectados por la moratoria de un año. Al final se ha cumplido la peor de las situaciones que temíamos. Nos salva que al estar alertados desde hacía tiempo decidimos no comenzar la obra pero sí todo lo que conlleva los preparativos con el desembolso que eso supone. La situación actual no sabemos en qué puede derivar. Es verdad que en Barcelona ya de entrada hay mucho miedo. Hablan de un año para estudiar cada caso pero se puede alargar. La recomendación es que no se invierta ni un euro en Barcelona», revela el joven empresario.

—¿De haber sabido estos cambios en el Ayuntamiento se habrían lanzado a este proyecto hotelero?

—Nos hubiéramos centrado en otros que tenemos en marcha y eso que para nosotros Barcelona era parte fundamental de nuestro desarrollo. Espero que seamos de los primeros en revisar ya que insisto que sólo faltaba un trámite, pero ahora lo que tenemos que hacer es hablar con la propiedad porque habrá que renegociar las condiciones hasta que sepamos qué futuro hay.

—¿Cuándo pensaban abrir este hotel?

—La idea era comenzar las obras en abril para crear un hotel de 4 estrellas con 52 habitaciones e inaugurar antes de que acabara el año.

—¿Qué les dijeron a sus técnicos en el ayuntamiento?

—Los propios técnicos del urbanismo del Ayuntamiento tampoco saben cuándo puede acabar esto.

—¿Y qué pueden hacer?

—No lo sabemos, queremos esperar a ver qué ocurre en un plazo corto. Hay muchos afectados. De la cadena Four Seasons que iba a construir un hotel de lujo al proyecto de Amacio Ortega y otros más sencillos, todo está frenado.

—¿Realmente qué tienen que estudiar en este año?

—Es una mezcla de muchas cosas. En Barcelona hay quejas por el turismo de baja calidad y precisamente nuestro proyecto es un 4 estrellas que atrae al turismo de calidad. Insisto en que es una situación muy preocupante.

—¿Si pudieran anular este proyecto lo harían?

—Nuestra esperanza hoy es que todo se pueda solucionar.

—¿Piensa que esto puede servir para subir las tasas o impuestos?

—Todo es posible. Hay incertidumbre en muchos aspectos, como también pasa con el independentismo que ha creado miedo a los inversores

—¿Cuántos puestos de trabajo tenían pensado contratar?

—Puestos directos, cerca de veinte. De forma indirecta, muchísimos más.

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