Salvador Molina se opuso a elegir la presidencia del Consejo de Telemadrid por sorteo

A Salvador Molina le ha «tocado» –literalmente– ser presidente del Consejo de Administración de Telemadrid por un sistema de elección más propio de una comunidad de vecinos que de una empresa. Así lo expresó ayer a ABC, 24 horas después de su nombramiento por sorteo ante la ausencia de acuerdo entre los consejeros, con serias dudas de si este se ajusta a derecho. «Se ha hecho mediante una fórmula que no es propia del mundo de la empresa. De hecho, me opuse de forma previa como consejero a que la presidencia fuera elegida por sorteo y a que el cargo fuera rotatorio», dice.

«Paradojas de la vida, el primero al que le ha tocado ha sido a mi», añade. «He emitido un voto particular para que la Asamblea se pronuncie sobre si el sistema es legal», comenta.

Molina tiene por delante 8 meses de presidencia –la parte proporcional de los 6 años de mandato que le corresponde– en los que el ente público debe disolver las estructuras de la antigua Telemadrid. Un proceso «farragoso y trascendental» en el que el Consejo tiene la encomienda de diseñar la carta básica del nuevo modelo de Radio Televisión Madrid S.A. para el futuro.

La otra misión será el establecimiento de las bases para la convocatoria pública por la que se elegirá al nuevo director general que sustituirá a Ángel Martín Vizcaíno. «El desacuerdo a la hora de elegir el presidente del Consejo no tiene por qué afectar a la selección del candidato por cuestiones técnicas. Somos suficientemente competentes para ello», considera. «Existen dos opciones, imponer un solo nombre a la comisión de control o darle una terna para que elija», añade. La próxima en acceder a la presidencia rotatoria será Mae Lozano.