Madrid asume que en Metro y Cercanías se romperá la distancia social; «para eso se llevan mascarillas»
El consejero de Transportes, Ángel Garrido, recomienda que la flexibilidad horaria para la entrada y salida de los trabajos debe ser «si no obligatoria, sí orientativa al menos»
Mantener las distancias sociales en transportes públicos de alta capacidad como el Metro o Cercanías será imposible. Así lo ha reconocido esta mañana en la comisión informativa de la Asamblea de Madrid el consejero de Transportes, Ángel Garrido . No obstante, apunta que «para eso se han hecho obligatorias las mascarillas» en el transporte público. Y aconseja: «Hay que perder el miedo».
El consejero ha avanzado las pautas de la desescalada en la movilidad madrileña, y ha insistido en que se seguirá primando el transporte público frente al privado . No obstante, ha señalado que a tenor de las limitaciones del espacio impuestas por las autoridades ministeriales -dos personas por metro cuadrados y un 50 por ciento de usuarios sentados-, los servicios de transporte público tendrán capacidad para transportar a un 45 por ciento de las personas que utilizaban estos medios habitualmente antes de la declaración del estado de alarma: unos 2,5 millones de viajeros diarios.
Aún en esas circunstancias, ha asegurado que «nos vamos a acostumbrar a la ruptura de las distancias sociales de seguridad en Metro y en Cercanías; en los transportes de alta capacidad va a ser imposible mantener esa distancia», algo que, aseguran, saben tanto ellos como en el Ministerio que dirige José Luis Ábalos . Pero cree que «hay que perder ese miedo porque para eso se han hecho obligatorias las mascarillas». Cree que en este sentido, el ministerio va a realizar «pedagogía» en torno a este asunto.
Garrido ha explicado que se van a mantener las medidas de desinfección de los trenes, reparto de mascarillas y guantes entre el personal, o apertura automática de puertas para que no tengan que ser tocadas por los usuarios, reduciendo así las probabilidades de contagio del coronavirus . Garrido ha abogado por un plan de desescalada «vivo» donde las medidas irán adaptándose según se vayan publicando las órdenes del Ministerio.
También ha explicado que han comprado 250 test PCR que se unen a los 90 que ya habían adquirido, y que se van a destinar a todos los trabajadores de baja por síntomas de Covid-19. Es intención del consejero que la empresa metropolitana continúe adquiriendo test para que todos los trabajadores del Metro que voluntariamente lo deseen, puedan someterse a ellos.
Ha cifrado Garrido en 250 millones de euros los ingresos que ha perdido el Consorcio Regional de Transportes con el confinamiento, por lo que ha pedido de nuevo al Gobierno Central ayuda económica.
Los grupos políticos le han preguntado por la concreción de las medidas para la desescalada en el transporte, de la que aún se ignoran muchos detalles. Sol Sánchez (UP-IU) ha pedido no olvidar los problemas previos que tenía Metro, como el del amianto. Javier Pérez Gallardo (Vox) ha vuelto a reclamar indemnizaciones para los trabajadores fallecidos por Covid-19 que se infectaron en su puesto de trabajo. María Acín (Más Madrid) se ha preguntado si en alguno de los seis aviones que la presidenta Díaz Ayuso ha hecho llegar a Madrid con material de protección, se ha repartido algo en el transporte público madrileño.
Daniel Portero (PP) teme que vayamos «no a una desescalada sino a una descalabrada» porque medidas como el uso de mascarillas obligatorio «las ha tomado el Gobierno Central con 50 días de retraso». Juan Rubio (Cs) insiste en la necesidad de medidas que suavicen la presión sobre las horas punta del transporte. El socialista Agustín Vinagre abogó por acuerdos entre grupos para sumar fuerzas, y ha pedido priorizar el transporte público porque es «una seña de identidad de los madrileños».
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