Investigan el hallazgo de un vestigio en la construcción de un bloque de pisos en Arganzuela

A falta del informe final, Patrimonio descarta que los restos posean valor histórico

La obra con los vestigios hallados en Arganzuela GUILLERMO NAVARRO
Aitor Santos Moya

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La entrada de la excavadora en el solar de la calle de Manzanares, 1 (Arganzuela), junto al campus de Google en Madrid, dejó al descubierto un inesperado hallazgo. Los operarios, encargados de levantar un edificio de obra nueva en el triángulo formado por el Palacio Real, La Latina y Madrid Río, se toparon al bajar el nivel del suelo con los restos de un almacén de líquidos , perteneciente a una antigua fábrica. Así lo confirmaron ayer fuentes de la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid que, a la espera del informe final arqueológico, descartan que el vestigio encontrado posea algún tipo de valor histórico.

El proyecto, acometido por la constructora Espirea y comercializado por Darya Homes, no se ha paralizado. «La empresa cuenta con un arqueólogo a pie de obra», señalan las mismas fuentes, en conversaciones con los promotores. Pese a que un veterano residente del barrio dio la voz de alarma al considerar que las ruinas podían pertenecer a un búnker de la Guerra Civil, lo cierto es que los expertos en la materia lo han descartado. Sus sospechas estaban fundamentadas en que, dada la ubicación del enclave , podía tratarse de «un puesto de observación republicana, orientado a vigilar a las tropas franquistas, apostadas al otro lado del río Manzanares».

Aunque las obras de desescombro siguen su curso, este periódico ha podido comprobar cómo los obreros, por ahora, trabajan en la superficie del solar que no alberga el vetusto almacén. Según anuncia la promotora, el nuevo bloque, en fase de comercialización, contará con pisos de 2 y 3 dormitorios, áticos con terraza, bajo con jardín, piscina y garaje. «Un edificio moderno y sostenible en uno de los barrios más castizos de la capital», describen.

Metro de Gran Vía

Esta investigación, llega tres meses después de que los trabajadores de las obras del Metro de Gran Vía encontraran restos de la parada original. A diferencia de éste, en aquel caso sí que determinaron los técnicos demorar los trabajos al imponer la utilización de máquinas de menor tamaño para no dañar los posibles hallazgos históricos de la primitiva estación.

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