«Fuego en la arena»: así contó ABC el incendio de Las Ventas

La crónica de aquella madrugada de San Fermín, plagada de curiosidades, relata la calamitosa intervención de los bomberos por la «escasez de agua»

Fotografía captada por Teodoro Naranjo del incendio de Las Ventas que sirvió para ilustrar la portada de ABC ARCHIVO DE ABC
Adrián Delgado

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Nada había de particular en aquella noche del domingo 7 de julio de 1963. El graderío terminó de limpiarse a las 22.30 horas. El mayoral soltó en el coso a los mastines de guardia –Chamaco, Lucero y Ales, así se llamaban– y las siete familias que en aquella época vivían en la Monumental se retiraron a descansar. Manuel Alonso , hijo del entonces conserje de la Diputación, también estuvo allí. «En mi casa siempre se escuchó que el incendio lo provocó la colilla encendida de un puro», cuenta hoy mientras acompaña a ABC por los tejados de la plaza. «¿Te puedes creer que es la primera vez que subo aquí?», dice entre risas, confesando que sufre vértigo. A pesar de ello se conoce cada rincón de Las Ventas: creció, trabaja y vive entre sus muros. «Es la memoria viva de la plaza», repiten a su paso.

Bomberos en la plaza ARCHIVO ABC

La crónica de aquella noche –plagada de detalles– relata la calamitosa intervención de los bomberos por la «escasez de agua». «Tuvieron que hacer una cadena desde la calle Azcona –a un kilómetro de distancia–», dejó escrito el redactor de ABC . Los bares de los alrededores hicieron su particular agosto ante la cantidad de público que se congregó de madrugada. La velada, alumbrada por el círculo de llamas, estuvo también animada por las anécdotas. Primero, el desalojo de 80 caballos de picadores. Después, la detención de un misterioso hombre que apareció a las cuatro de la madrugada «en paños menores» y con el rostro ennegrecido por el humo pidiendo agua para apagar el incendio. «Era un demente».

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La Policía investigó los restos de las andanadas 4 y 5. Los Bomberos, apuntaron también a un cortocircuito o al «recalentamiento de las grasas de la maquinaria del reloj, que quedó destrozado. El actual es una copia del original. Entre tanto, el fotógrafo de ABC se jugaba junto a los bomberos para dar la portada del día 9 de julio. Dos de sus imágenes ilutraron a doble página las palabras de César González-Ruano . «Fuego en la arena», tituló. «Es mucho toro una plaza ardiendo y poca espada para su furia la manga de un bombero», dejó escrito el periodista.

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El 18 de julio de 1963 , semana y media después del incendio, la plaza volvió a acoger una corrida. Sin embargo, tampoco fue una buena tarde. «El fuego no ha acabado con los miasmas de la monotonía taurina», rezaba la crítica de este diario al día siguiente.

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