El cónsul de México, de traje y corbata, habla ayer con algunos de los afectados en la T1 de Barajas
El cónsul de México, de traje y corbata, habla ayer con algunos de los afectados en la T1 de Barajas - IGNACIO GIL

Doscientos mexicanos atrapados en el aeropuerto de Barajas

Una aerolínea deja a sus clientes más de 15 días esperando a poder tomar su vuelo

Madrid Actualizado: Guardar
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Desde hace más de 15 días, en la Terminal 1 del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas se acumulan cientos de pasajeros que esperan para coger un avión con destino a México. Niños, adultos, perros... Hasta personas enfermas que se han quedado sin dinero para medicinas han hecho noches allí. Cargados de maletas, todos están inscritos en una lista de espera de más de 180 personas con la esperanza de ser los siguientes en embarcar. Cada uno de ellos tiene su billete de vuelo «sujeto a espacio», por lo que dependen de las plazas que la compañía venda durante estos días.

Estos pasajes están reservados para trabajadores y familiares, aunque muchos de estos los vendieron a amigos y conocidos por un precio de entre 350 y 500 pesos.

Incluso se ha hecho negocio, pues uno de los turistas está tramitando una denuncia porque se lo vendieron «mucho más caro» que al resto. Aeroméxico, la compañía responsable de los vuelos a este país, avisó hace un par de semanas del sobrecupo en sus aviones, por lo que los pasajeros deberían esperar. Desde entonces aguardan día y noche en el suelo de la T1. «Estamos muy cansados, no podemos hablar», dice una mexicana que se mantiene frente a los mostradores.

Uno de los afectados explica que, antes de que los medios de comunicación se hicieran eco de la noticia, una familia con un niño de menos de un año que estuvo durmiendo allí más de 10 días: «Después de un intento fallido, al final viajaron con el hijo en brazos para poder ir padre y madre juntos». La mayoría de viajeros se traslada cada dos días «más o menos» a Madrid para dormir una noche en un hostal, ducharse y poder comprar algo de comer.

Los afectados en uno de los mostradores, justo antes de que embarcaran dos turitas
Los afectados en uno de los mostradores, justo antes de que embarcaran dos turitas - IGNACIO GIL

Pero las jornadas pasan y el dinero se les termina. «Nosotras aquí salimos perdiendo con el dinero, porque el peso no vale nada. Los primeros días comíamos algo por el aeropuerto, pero es muy caro y no sabemos cuánto tiempo más vamos a estar aquí», cuenta Valeria Miranda, una joven de 23 años de Guadalajara (México) que viaja sola. «Todas estábamos solas, ahora ya somos amigas». Del grupo, otra de ellas informa de que desde hace tres días la situación está más calmada; la primera semana «todo era un auténtico caos».

Respuesta de Aeroméxico

La respuesta de Aeroméxico llegó hace unos días en forma de comunicado, en el que declaraba no hacerse responsable de los pasajeros ya que habían avisado de que podría haber retrasos por la falta de disponibilidad de plazas. Sin embargo, el cónsul mexicano, Bernardo Córdova Tello, que se personó ayer en la T1 tras la reunión mantenida con responsables de la aerolínea, lo desmintió: «Yo creo que la compañía está tratando también de ayudar y está atenta a las necesidades de la gente».

Muchos afectados creen que la difusión de la noticia ha dado un «toque de atención» a la empresa y motivado a que comiencen a pensar en soluciones reales. «Los turistas mexicanos en Madrid podrán esperar buenas noticias a partir del 9 de agosto. Tenemos esperanzas de que se empiecen a producir vacantes, pero hasta esa fecha están completamente llenos», aseguró el cónsul. Aeroméxico no fletará un avión para este centenar de pasajeros, una medida que alguno de ellos reclaman como solución.

«Nos tienen aquí mientras ellos están haciendo la vendimia», expresa un ciudadano de la capital mexicana. Considera que la empresa está vendiendo los billetes sin pensar en dejar plazas disponibles para los boletos sujetos a disposición, «ya que a esta le conviene». Algunos afectados han optado por viajar a otras ciudades, perdiendo incluso sus trabajos. Otros ha comprado tiques de otras aerolíneas, más caros. A través de las redes sociales se ha conseguido ayuda de asociaciones que llevan comida y ofrecen un hogar para dormir, como también lo han hecho otros ciudadanos. Desde ayer, aseguró el cónsul, la Embajada mexicana proporciona ayudas económicas para que los turistas compren «alimentos y bebidas».

A falta de 40 minutos para que parta el primer vuelo de los dos diarios hacia México, un par de chicas son llamadas a los mostradores de embarque para recibir una noticia: subirse al avión. El resto de afectados que las rodean se abrazan y se arma el barullo alrededor de ellas. Romina, joven mexicana y otra chica alemana son las afortunadas, aunque no podían hacerse completas ilusiones, pues ya habían subido y bajado del avión en dos ocasiones esta misma semana. Ayer, por fin, emprendieron rumbo los dos primeros pasajeros desde que salieran los últimos hacía tres días. Dos nombres menos en una lista de espera que no deja de crecer.

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