Ángel Garrido deja Ciudadanos y pone fin a su carrera política

El expresidente regional se dio de baja formalmente el jueves en la formación naranja, tras anunciar que la dejaría el pasado marzo

Ángel Garrido, ex presidente regional madrileño JAIME GARCÍA

Sara Medialdea

Ángel Garrido es el hombre que lo fue todo en la política madrileña. Desde sencillo concejal de la oposición en Pinto, a presidente de distrito y presidente del pleno del Ayuntamiento de la capital, diputado autonómico, varias veces consejero, portavoz gubernativo y presidente del Gobierno de la Comunidad, además de candidato a las elecciones europeas por el PP y secretario general de su partido en Madrid. Desde ayer jueves, ha dejado de ser político en activo, si eso es posible para alguien que se ha dedicado con tanta intensidad a ello: ese capítulo de su vida, aseguran fuentes cercanas, se ha cerrado parece que para siempre.

A pesar de las décadas de fiel militancia en el PP –partido en el que ingresó en 1991–, en esta formación es tal vez el hombre más odiado, por lo que consideraron una traición al dejarles plantados en 2019 a apenas un mes de las elecciones europeas, para pasarse a las filas de Ciudadanos, bajo cuya bandera se presentó a los comicios autonómicos de mayo de ese año.

Premio de consolación

Previamente, Garrido había pasado de ser el hombre de confianza de la presidenta Cristina Cifuentes a la persona que la sustituyó y se ocupó de tirar del Gobierno regional tras la escandalosa dimisión de aquella. Un cargo en el que pasó un año difícil -huelga salvaje del taxi incluida- y por el que no recibió tal vez la recompensa esperada: Pablo Casado eligió como cabeza de lista para las autonómicas de 2019 a una entonces desconocida Díaz Ayuso , y a Garrido le colocaron de número 4 en la lista a las europeas. Un premio de consolación, tal vez, que para él fue la puntilla que le condujo fuera de su partido.

Con Ciudadanos, que compartió gobierno en la primera legislatura de Ayuso, llegó también a ser consejero, formando parte del equipo que dirigía su antes compañera de filas, una situación que provocó más de un sarpullido entre los populares.

«Nunca era buen momento»

Pocos días después de que la presidenta autonómica madrileña decidiera adelantar las elecciones, en marzo, Garrido anunció que dejaba la política: tanto sus cargos como el partido, aunque esta salida no se hizo efectiva de inmediato. «Nunca era buen momento -señalan en su entorno-; unas veces porque iba a empezar la campaña, otras porque había congreso ... o era demasiado pronto o demasiado tarde».

Así fueron pasando los días, mientras en Garrido crecía la sensación de que «ya no pintaba nada allí». Con la decisión ya suficientemente madurada, este jueves pidió la baja de la formación naranja. «No tenía sentido continuar», insisten fuentes conocedoras del desarrollo de los hechos.

Aunque se especuló meses atrás con la posibilidad de que quisiera volver a afiliarse al PP , por motivos meramente sentimentales pero nunca para volver a la política activa, esta decisión tampoco está ahora sobre la mesa. Ni él la contempla ya ni en su antiguo partido parecen dispuestos a aceptarla: «Nadie estaría dispuesto a darle los dos avales que necesita para afiliarse sabiendo que la dirección nacional no quiere que vuelva», explican fuentes de Génova a ABC.

Tras muchos años -en especial los últimos- en primera línea de fuego, en los últimos seis meses Garrido se ha centrado en su actividad en la empresa privada, afirman fuentes muy próximas: «Está intencionadamente desconectado, no sigue las noticias madrileñas» . Un proceso de desintoxicación del que destaca que le permite, por primera vez en décadas, disfrutar de tiempo para cultivar sus gustos por la literatura y la poesía.

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